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ENERGÍA: REACTORES NUCLEARES

El desmantelamiento de la central Superphénix durará varios decenios

Varios decenios serán necesarios para desmantelar el supergenerador nuclear francés Superphénix, en Creys-Malville, 60 kilómetros al suroeste dé Ginebra, que el Gobierno decidió parar definitivamente el pasado lunes. La operación será tanto más delicada por cuanto no estaba prevista en los planes de funcionamiento de la central. Los problemas planteados son tan complejos y nuevos que la redacción del decreto de parada definitivo del supergenerador no podrá estar terminada antes de varios meses. El tiempo de reflexión que el Gobierno del primer ministro Lionel Jospin se ha dado se explica por las dificultades técnicas, pero también por la necesidad de afinar el plan de reconversión socioeconómica de la región.

Jospin anunció el 19 de junio pasado que se cerraría el reactor, pero el calendario fue pospuesto semana tras semana. Para redactar el decreto de cierre, para el verano, los expertos necesitan datos complementarios, ya que no había nada previsto para el cese de actividad, que en todo caso tendría lugar para 2010 como muy tarde. El decreto debe precisar las condiciones de parada del corazón del reactor, las de su descarga y el delicado vaciamiento de las 5.000 toneladas de sodio líquido que se utilizaba como refrigerante.

Desde 1999

La Dirección de Seguridad de las Instalaciones Nucleares de Francia piensa que la descarga de los elementos de combustible irradiado del núcleo puede empezar a principios de 1999 con una duración de unos 18 meses. Los elementos utilizados, que contienen cerca de cinco toneladas de plutonio, serán transferidos para una estancia de muchos años a la piscina de la central y luego seguramente mandados a la instalación de tratamiento de residuos de La Hague.La etapa siguiente será la del vaciamiento del sodio en contenedores especiales. Son en total 4.800 toneladas de sodio, de las cuales 3.300 toneladas son radiactivas. El peligro procede de que el sodio es inflamable en contacto con el aire y explosivo en contacto con el agua. Esta operación durará al menos tres años.

La fase de neutralización del sodio durará otros tanto años y no se ha realizado nunca en esta escala. Se deberá construir una fábrica especial en Creys-Malville. En la década de 2010 no quedará previsiblemente más que desmantelar la central, demoliendo todas las estructuras excepto el edificio del reactor, para lo cual será necesario un nuevo decreto. El coste no está precisado, pero alcanzará bastantes miles de millones de francos franceses.

En su docena de años de existencia, el supergenerador Superphénix, un nuevo tipo de reactor que utiliza directamente plutonio, ha cristalizado en su torno las pasiones de los opositores convencidos y de los partidarios de su existencia.

En julio de 1977, cuando se creó, se produjo en las cercanías de donde hoy está el reactor una de las mayores manifestaciones antinucleares de la historia de Europa, con 20.000 asistentes. Hubo un muerto y varios heridos.

La central entró en funcionamiento en 1985 pero enseguida surgieron los incidentes, en particular las fugas del sodio líquido utilizado como refrigerante. Tras varias paradas y diversos intentos de reconversión, fue parado definitivamente en 1996 y en 1997 el nuevo gobierno socialista decidió su cierre.

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