Washington vincula su ayuda a Bosnia al regreso de refugios
Washington subordinará su ayuda a la reconstrucción de Sarajevo a progresos concretos en la cuestión de los refugiados, según dejó claro ayer el enviado estadounidense Robert Gelbard en la apertura de una conferencia internacional sobre la vuelta de desplazados a la capital de Bosnia-Herzegovina.
"Para que se inicie la vuelta de refugiados es imprescindible que alguien de el primer paso", dijo Gelbard. Y advirtió: "Si fracasan, no podremos mantener el nivel de ayuda actual". Es la primera vez que Estados Unidos presiona tan abiertamente a los dirigentes bosniomusulmanes, tradicionales aliados en el trágico conflicto bélico al que pusieron fin los acuerdos de Dayton.
Gelbard y el mediador internacional Westendorp puntualizaron que se suspenderá la ayuda internacional para la reconstrucción de la ciudad símbolo, semidestruida por un sañudo asedio serbio de tres años y medio, si las autoridades musulmanas no ejecutan un plan presentado en la conferencia para permitir el retorno de los no musulmanes. El objetivo para 1998, según las potencias occidentales, sería establecer las condiciones que permitan el regreso de al menos 20.000 serbios y croatas.
Cambios legales
Según la agenda presentada por Estados Unidos y sus aliados europeos, la federación de musulmanes y croatas (una de las dos mitades de Bosnia) tiene dos semanas para aprobar un conjunto de leyes sobre la propiedad que protejan los derechos de quienes huyeron de la ciudad durante la guerra. Las potencias occidentales exigen también que las autoridades de Sarajevo garanticen en escuelas, universidades y empresas idénticos derechos para todos los ciudadanos, independientemente de su nacionalidad o religión.El jefe de la presidencia tripartita de Bosnia, el musulmán Alia Izetbegovic, se mostró dispuesto a apoyar la vuelta de refugiados a Sarajevo con la condición de que se organice una conferencia similar en la ciudad de Banja Luka, ya la capital oficial de la mitad serbia de Bosnia. En Banja Luka, uno de los más infames escenarios de purificación étnica, fueron expulsados por los serbios decenas de miles de musulmanes y croatas y reducidas a escombros las mezquitas. Izetbegovic dijo ayer que Sarajevo -donde los serbios son ahora el 5% frente al 28% antes de la guerra- nunca ha dejado de ser una ciudad multiétnica.
En Bruselas, de otra parte, las divergencias entre los aliados de la OTAN han aconsejado posponer la discusión, prevista para hoy, de las dimensiones de la fuerza aliada en Bosnia que ha de tomar el relevo de la actual, en junio próximo. Una propuesta del comandante en jefe aliado, el estadounidense Wesley Clark, para que se incrementaran los 30.000 soldados actuales ha sido desechada por Washington, que, sin embargo, parece conformarse con una reducción simbólica.
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