Gopegui publica 'La conquista del aire', novela de ideales traicionados

Cuando Belén Gopegui publicó en 1992 La escala de los mapas, la crítica la saludó como un nuevo valor que tener en cuenta. En 1995 confirmó las expectativas con Tocarnos la cara, y ahora, de nuevo en Anagrama, insiste con lo que ella considera la novela del inicio de la madurez: La conquista del aire. Sabor generacional, desencanto, dinero, conocimiento narrativo e ideales traicionados son algunos de los elementos con los que juega Gopegui.

"El libro trata de un hombre que pide dinero prestado a dos amigas y a partir de aquí se va de sarrollando las distintas actitudes ante ideales que van siendo derrotados", afirma Gopegui. "No creo que sea una novela generacional ya que, aunque los protagonistas tienen entre 30 y 40 años, la sensación de desencanto abarca a mucha más gente".Sobre un tema tan prosaico como es el dinero, construye Gopegui una novela en la que, como indica en el prólogo, apuesta por una narrativa distinta y por un narrador que va avanzando, más que porque sabe, porque quiere saber. "La novela está escrita contra la frase tópica que dice: 'El dinero me preocupa lo justo para no tener que preocuparmepor él'. Creo que es retórica, ya que la gente está dispuesta a hacer muchas cosas para llegar a este nivel".

Los personajes de la novela de Gopegui se angustian ante el préstamo del inicio y ven cómo se ponen en cuestión sus ideales. "Creo que hay que hablar de dinero en narrativa", afirma, "ya que es algo importante y a menudo no se habla de él. En la gran tradición narrativa, en Flaubert por ejemplo, siempre se habla de dinero, y en la narrativa de hoy no se sabe de los personajes ni en qué año viven ni cuánto ganan".

Aunque flota en la novela un cierto desencanto, Gopegui no cree que sea una novela pesimista. "Los personajes están atrapados por la mezquindad", subraya, "pero por lo menos intentan salir de ahí. Es una novela que intenta decir que es bueno por lo menos no rendirse".

A Belén Gopegui, nacida en Madrid en 1963, no le va nada lo de los grupos generacionales, y menos lo de los jóvenes narradores. "En general no me identifico con ningún grupo de los jóvenes", comenta, "ni con los cazadoras negras a lo Mañas, ni con Prada, ni con Etxebarria... Quizá porque estoy en medio".

Al citar autores que le gustan, Gopegui se inclina por Juan Eduardo Zúñiga, Juan Benet y Juan Marsé. "Me gusta su trabajo, pero no estoy en su estela", precisa. "Prefiero a los autores que ahora tienen 60 años a los de la nueva narrativa, que andan por los 40".

El prólogo de La conquista del aire es un tanto inusual en la literatura española, ya que en él Gopegui habla de su especial concepción de la literatura. "Cuando uno saca un libro no es en un terreno neutral", considera. "Hoy se entiende la lectura como algo que debe entretener, pero yo intento una actitud ofensiva, ya que no estoy de acuerdo con esas coordenadas", Gapegui no acepta las reglas del juego y defiende el "conocimiento narrativo", algo opuesto al juego más estático del conocimiento reflexivo de la filosofía. "Me gusta que de las novelas salga una sensación de leer la vida", señala. "Si uno se pregunta si dos personajes se quieren, lo mejor es que lo descubra narrativamente".