"Sacaremos a Bolivia del narcotráfico en cinco años"
Jorge F. Quiroga, de 38 años, vicepresidente de Bolivia, está convencido de que su país va a ganar la batalla al narcotráfico. "O se acaba con el problema ahora o se convive con él para siempre y eso significa correr el riesgo de ser devorado por él". Quiroga asegura que el narcotráfico "estigmatiza" la imagen de Bolivia en el mundo, "corrompe" el sistema de poder debido a su enorme capacidad de compra de voluntades y ataca directamente la salud de la juventud. En cuatro años el consumo de cocaína se ha cuadruplicado en este país andino. "No es todavía un problema grave en comparación con otras naciones, pero la tendencia sí es alarmante".
El vicepresidente es un firme defensor de las políticas del presidente Hugo Bánzer. "El narcotráfico es una de las grandes cual ro prioridades de nuestro Gobierno". La primera es lograr mayores tasas de crecimiento económico (situado en estos últimos siete años en un 4% anual); la segunda es lograr un mejor reparto de la riqueza y la erradicación de la pobreza (que afecta a siete de cada 10 bolivianos) y la tercera es el fortalecimiento de las instituciones (para que sean "confiables") y la reforma del poder judicial (creación de la figura del Defensor del Pueblo y del Tribunal Constitucional). La cuarta es muy ambiciosa: "Sacar a Bolivia del narcotráfico en los próximos cinco años".
Para lograr el objetivo, el país latinoamericano pretende articular su plan quinquenal de represión y erradicación de los cultivos ilegales de coca (que, según las cifras, oscilan entre las 40.000 y las 60.000 hectáreas) con otros países de la. región. "Es imprescindible la cooperación regional, pues no nos enfrentamos a un problema nacional, nos enfrentamos a una gran multinacional delictiva". Pero además, Bolivia va a necesitar algo de lo que no está sobrada: dinero. Unos 950 millones de dólares (unos 133.000 millones de pesetas), de los cuales 805 millones deberán llegar de instituciones internacionales y de países amigos.
Viaje de Aznar a Bolivia
Éste fue uno de los asuntos tratados ayer en la entrevista que Quiroga mantuvo en el palacio de La Moncloa con el presidente del Gobierno español, José María .Aznar, con quien le une una gran afinidad política. El papel de España en este y otros proyectos conjuntos será decidido en dos comisiones de trabajo el mes que viene, preparatorias de la visita que realizará Aznar a Bolivia en marzo acompañado de una cohorte de empresarios, una visita que Quiroga no duda en calificar de "histórica".Educado en universidades de EE UU, donde vivió 11 años y se casó con una norteamericana, Quiroga no es un fabricante de frases grandilocuentes. Es directo (herencia, sin duda, de su paso al frente del Ministerio de Economía). Viste traje azul, camisa a rayas oscuras e iniciales en los puños. Más que un político parece un alto cargo de una multinacional. Una imagen que le agrada. Tal vez por ello defiende con pasión y cifras la rentabilidad de su país para los inversores extranjeros. "Nosotros somos el corazón de la región para el siglo XXI [un balcón cerca de Brasil, Argentina y Chile] ( ... ) Tenemos una democracia asentada, un crecimiento sostenido y una inflación de un 7%".
A Quiroga le divierte la comparación de su visión de Bolivia como eje para la inversión capitalista con la revolucionaria de Ernesto Che Guevara hace 30 años. Asegura que la actual Administración quiere transformar Bolivia "en una economía de servicios" y adelantó que su Gobierno prepara una serie de medidas Fiscales para, incentivar la inversión foránea. "Si España es la puerta de Europa para nosotros, Bolivia lo es para los europeos en América Latina".
No cree que América Latina se vea . perjudicada por el interés norteamericano por la cuenca Asia-Pacífico o en África ni por el de la Unión Europa (UE) por su expansión hacia el Este. "Hay un gran interés en América Latina y fuertes inversiones; esto se va a mantener en los próximos años ( ... ) Somos un mercado en plena expansión".
Quiroga cree que España está jugando bien su papel en defensa de los intereses latinoamericanos dentro de la UE. "Ya hemos pasado de la retórica a la práctica".
Respecto a Cuba, el vicepresidente asegura que tanto España como América Latina deben ser más activos y se mostró muy satisfecho del resultado de la visita de Juan Pablo II a la isla: "El Papa en cinco días va a conseguir lo que no logró el embargo [de EE UU] en 35 años".
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