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Tribuna:CIRCUITO CIENTÍFICO
Tribuna
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Selección del personal investigador

Uno de los aspectos más debatidos en la organización de la ciencia pública en España es el de la selección de su personal docente e investigador con carácter fijo. Las críticas a que se ha visto sometido el sistema de oposiciones, especialmente en la universidad, se pueden resumir con el conocido calificativo de endogamia, esto es, la práctica de selección de los candidatos de los departamentos en ausencia de criterios de competencia científica.En la discusión sobre qué sistema de selección es el más adecuado, sólo un asunto parece claro: las personas a cargo de la selección deben ser los pares científicos. Por ejemplo, un biotecnólogo o un historiador del arte sólo pueden ser evaluados por especialistas reconocidos en sus respectivos campos. Sobre procedimientos específicos de selección, existen diversidad de criterios y opciones. En términos generales, se pueden distinguir dos modelos extremos. El primero es el centralizado, en que los investigadores son elegidos con criterios uniformes por un organismo que reúne a grupos de expertos. El segundo es el modelo descentralizado, en el que cada centro de investigación o universidad tiene libertad para seleccionar sus propios recursos humanos (ver EL PAÍS, 21 de, enero de 1997). En la universidad española, la LRU optó por un sistema intermedio (3 + 2), en el que tres miembros de cada tribunal de oposición se eligen aleatoriamente entre los profesores del mismo área de conocimiento, y dos se designan por el departamento al que se adscribe la plaza. Con este sistema, en la práctica han primado los criterios de los departamentos, favoreciendo la endogamia.

La modificación propuesta por el Ministerio de Educación, consiste en que cuatro de los miembros del tribunal sean elegidos aleatoriamente, y sólo uno por el departamento (4 + 1) .Con ello se pretende favorecer la movilidad y la excelencia, contando en. mayor medida los. criterios de la comunidad científica. No obstante, el sistema sigue planteando riesgos. La aleatoriedad en la composición del tribunal provoca que los criterios dependan del de exigencias de calidad de la comunidad científica de un determinada área, cuestión problemática en áreas con escaso desarrollo en nuestro país. Además, al ser una elección externa, no se asegura que un departamento necesita para su proceso de investigación o docencia. Existen riesgos de adscribir candidatos impuestos, quizá con mejor curriculum científico, pero nada funcionales para los centros.

La alternativa a este sistema sería transferir a los centros la capacidad de seleccionar sus recursos humanos, en consonancia con una auténtica autonomía universitaria. Sin embargo, debido a que este personal es funcionario público, es conveniente establecer mecanismos de control que garanticen la competencia basada en criterios de capacidad y mérito. Ello se conseguiría más efectivamente mediante la llamada habilitación, en la que los candidatos son evaluados por paneles de expertos y declarados, aptos o no aptos para acceder a una plaza con carácter indefinido, Posteriormente, los centros, tendrían completa libertad para seleccionar a su personal entre aquellos que han pasado el sistema de habilitación.

Esto produciría varias consecuencias positivas. Tendría un efecto cascada en la selección de profesores contratados y becarios. Para afianzar a este personal en plazas estables, los centros deberían de preveer un reclutamiento y un diseño de carreras científicas con garantías de superar el sistema de habilitación. En segundo lugar, permitiría más libertad a los centros para diseñar sus plantillas y maximizar sus estrategias. Por último, se reduciría el riesgo de la endogamia perversa, al estar los posibles candidatos sujetos a un filtro de calidad.Este mecanismo daría lugar a un sistema en el que confluyesen la excelencia científica con la autonomía de los centros.

Manuel Fernández Esquinas es sociólogo del Instituto de Estudios Sociales Avanzados-Andalucía del CSIC.

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