_
_
_
_

"Aún no sabemos si entraremos por la puerta que Europa nos abre"

Juan Carlos Sanz

De paso por Madrid para conseguir los simuladores de vuelo de los aviones que la empresa española CASA fabrica cerca de Ankara, el viceprimer ministro y titular de la cartera de Defensa de Turquía, Ismet Sezgin, deja entender que su país comienza a recuperarse del portazo que le dio en diciembre la Unión Europea: no consideró siquiera su candidatura. "Lo ocurrido en la cumbre de Luxemburgo no es definitivo, incluso nos han dejado una puerta abierta en la Conferencia Europa de Londres [la sala de espera para los aspirantes], pero aún no hemos decidido si acudiremos", asegura el veterano político conservador, que fundó el Partido de la Recta Vía y lo abandonó cuando se alió en el poder con el islamista Partido del Bienestar.Desde su puesto de número tres en la coalición de Gobierno que preside Mesut Yilmaz, Sezgin, de 70 años, reitera que la UE sigue estando "hipotecada por Grecia", que le impone condiciones frente a Turquía: "En este momento no pensamos acudir a la Conferencia de Londres de marzo, pero de aquí a dos meses podemos cambiar de opinión si hay alguna novedad importante".

Niega, sin embargo, que su país se sienta más aislado. "La decisión de Luxemburgo no nos ha vuelto más o menos europeos. Compartimos valores laicos, democráticos, políticos desde hace más de 70 años. Y hemos sido el escudo de Occidente frente al peligro del comunismo, los protectores del flanco sur de la OTAN". "Europa no debe ser un club cristiano. Eso es que decía el Partido del Bienestar antes de ser ilegalizado.Lo que importa en el mundo son los principios democráticos.Pero si la religión supera esosvalores no puede haber una nación libre". Sezgin también desmiente que Ankara haya abierto las compuertas de la emigración masiva, especialmente de la población kurda, hacia la Europa que la humilló en Luxemburgo. "Es una idea muy equivocada. Esta ola de inmigración ha sido provocada por el PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán, guerrilla independentista] en colaboración con la mafia de traficantes de seres humanos para complicar la situación de Turquía". Pero, advierte, "no obligamos a nuestros ciudadanos a emigrar, y quienes se van son refugiados económicos, no políticos".

Después de que los Quince dieran luz verde a las negociaciones de adhesión con Chipre, donde el Gobierno grecochipriota es el único internacionalmente reconocido, Turquía ya amenazó veladamente con anexionarse el norte de la isla, que ocupa militarmemente desde 1974. El primer paso se acaba de dar con la absorción de los servicios diplomáticos grecochipriotas. "No podemos abandonar Chipre a la enosis (anexión a Grecia), ni a nuestros ciudadanos... [le corrige un asesor] a nuestros hermanos. Chipre no volverá a los anos anteriores a 1974, ya ha sufrido mucho".

Esta isla es un frente más del conflicto de Turquía con Grecia en el Egeo y el Mediterráneo oriental. "Nosotros no vamos a aumentar nuestro presupuesto de Defensa", asegura Sezgin, "querernos resolver los conflictos mediante el diálogo, no como los griegos, que no dejan de rearmarse. El Egeo debe ser un lago de paz, no de guerra".

El viceprimer ministro también cree que el Partido del Bienestar ha tocado su techo electoral en Turquía, con el 21% que obtuvo en los comicios de 1995. "Los islamistas se beneficiaron de la división de los partidos de la izquierda y la derecha", analiza en Madrid, a los pocos días de la ilegalización del movimiento político de Necmettin Erbakan: "Turquía no es Argelia. No hay paralelismo que valga, porque los islamistas turcos tienen la posibilidad de fundar otro partido político. Mientras cumplan las leyes nadie se lo va a impedir".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_