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Reportaje:

Los peligros del remedio de la abuela

La Ertzaintza se moviliza para localizar a los compradores de alcohol no apto para ser ingerido

Aurora Intxausti

La constante búsqueda de productos alternativos para remediar las dolencias está convirtiendo a muchas personas en aprendices de alquimistas y curanderos. Esta semana, un grupo de vecinos de Irún (Guipúzcoa) que deseaba elaborar un producto para paliar sus males ha estado a punto de hacer realidad un refrán: "Peor el remedio que la enfermedad".Dispuestos a elaborar una fórmula magistral acudieron a la farmacia que se encuentra en la plaza de Pío XII de la localidad y solicitaron alcohol: su propósito era mezclar el líquido con ajos y, después de un tiempo en maceración, bebérselo poco a poco, cómo remedio para enfermedades relacionadas con la tensión. Recetas similares se ofrecen en la televisión rescatadas de los recetarios de las entrañables abuelas para ser aplicadas a las múltiples dolencias que padece el ser humano.

Las propietarias de la farmacia vendieron entre el lunes y el jueves de la pasada semana varias botellas de alcohol sin saber cuál era su destino final. Todos los compradores son clientes habituales del establecimiento, excepto dos mujeres que se llevaron más de dos litros y no eran conocidas. El producto que llevaron no era apto para ser ingerido, ya que ese tipo de alcohol se emplea sólo para problemas sanitarios.

Las farmacéuticas se percataron de que sus clientes podrían beber el alcohol y les fueron comunicando uno a uno la posibilidad de intoxicarse en caso de ser ingerido. El aviso llegó a todos los compradores, excepto a las dos mujeres. Ante el peligro de que bebiesen la sustancia comprada, el caso fue comunicado al Colegio de Farmacéuticos de Guipúzcoa y al Departamento de Interior del Gobierno vasco. Además, las propietarias del establecimiento imprimieron carteles avisando del peligro de beber ese alcohólico brebaje y los colocaron por diversas calles de Irún.

La Ertzaintza inició las correspondientes investigaciones y ayer por la mañana localizaron a una de las dos personas. La botella adquirida por ésta fue trasladada a las dependencias de la Ertzaintza en Irún para que se a examinada. A última hora de ayer continuaba sin ser localizada la otra botella del producto, que se vendió por error, según la policía autonómica vasca. "En las últimas semanas se ha incrementado de forma importante el número de personas que se acercan hasta las farmacias, al menos en Guipúzcoa, para pedir sustancias que han visto en la televisión, porque, mezclándolas con otras sustancias, se consigue un producto final que es bueno para paliar algunas dolencias", asegura un farmacéutico de San Sebastián. Y añade: "Muchos de los productos que intentan hacer están ya comercializados". Los farmacéuticos coinciden en que se está produciendo un regreso a los ungüentos y cataplasmas; en definitiva, a los remedios caseros que aplicaban en los hogares españoles hace 50 años y que de nuevo están en auge.

La Ertzairitza está realizando una investigación para determinar cómo se pudo producir la confusión entre una sustancia que es apta para el consumo y otra que no lo es y las posibles responsabilidades. Antes de que se gravasen las bebidas alcohólicas con fuertes impuestos en España, el alcohol de 96 grados se vendía frecuentemente en las farmacias. A partir de la aplicación del IVA, los expendedores de medicamentos llegaron a un acuerdo con el Gobierno y consiguieron que el alcohol que se vendía en las farmacias para usos sanitarios no tuviese tantas cargas fiscales. Se añadió al alcohol de 96 grados, según señaló un farmacéutico de Hondarribia (Guipúzcoa), un aditivo -cloruro de cetilpiridinio- que aumenta el poder antiséptico del producto y es cuatro veces más barato que el alcohol.

La venta de este producto en las farmacias evitaba que los clientes comprasen en esos establecimientos alcohol puro para fabricar bebidas caseras. "Cuando vendía el alcohol para beber en la farmacia venían los franceses y se lo llevaban por cajas para hacer mezclas de bebidas", afirma Joseba Erauzkin, farmacéutico de Hondarribia.

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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