Panorama de Marte
Cayó el telón tras el estruendo de la Mars Pathfinder y Marte ha vuelto al silencio. Sin embargo, desde septiembre el planeta tiene un nuevo satélite que le rodea cada 24 horas y que está enviándonos un -flujo continuo de espectacular información. Silenciosamente, Mars Global Surveyor (MGS), el Agrimensor global de Marte, está cambiando el rostro del planeta rojo.MGS es un hijo del fracaso.El 21 de Agosto de 1993, laNASA sufrió la primera pérdidatotal de una sonda interplanetaria, la Mars Observer. Los instrumentos que transporta la MGS son duplicados de los de la sonda perdida. Hay, sin embargo, una importante diferencia entre ambas: Mars Observer era un pesopesado, una nave de dos toneladas y media, en la línea de Galileo y otros Rolls Royce de la época dispendiosa de NASA. MGS pesa tan solo una tonelada, algo menos que un coche familiar. Buena parte de este ahorro de peso seha conseguido en el combustible,que se ha suplido con ingenio. Los familiares paneles solares tienenen esta misión un doble objetivo: no sólo proporcionan energía,sino que también frenan la sonda cuando ésta pasa a través de la alta atmósfera de Marte, hasta que alcance la órbita casi circular prevista. El sistema es barato pero arriesgado: si la nave entrase en una zona demasiado densa de la atmósfera, sus paneles solares serían arrancados de cuajo por la resistencia del aire.
La imprevista turbulencia de la atmósfera, marciana ha obligado a retrasar un año la fase principal de la misión: la cartografía sistemática de Marte no comenzará hasta marzo de 1999, cuando estaba prevista para dentro de dos meses. Los ingenieros del Jet Propulsion Laboratory (JPL), que gestiona la misión para la NASA, han preferido un aerofrenado más lento pero más seguro.
Campo magnético
¿Qué nos ha enseñado hasta ahora Mars Global Surveyor? Su primer descubrimiento llegó muy pronto, apenas la sonda entró en órbita. Su magnetómetro. captó un débil pero no despreciable campo magnético: aunque su intensidad sea sólo 800 veces menor que la del terrestre, basta para catalogar desde ahora a Marte entre los planetas con campo magnético, como Mercurio y la Tierra, y separado de la Luna y Venus, que son magnéticamente inertes.Lo que no está claro, por el momento, es si este pequeño campo es la huella fosilizada e impresa en las rocas marcianas de otro antiguo y mayor, o bien si existe una especie de dinamo activa en el interior del planeta, como creemos que sucede en la Tierra. En ésta, explicamos el campo magnético como un efecto de las corrientes eléctricas provenientes de la agitación térmica del núcleo fundido.
Se suponía, siguiendo esta misma idea, que al ser Marte más pequeño su interior se habría enfriado demasiado para estar en movimiento, lo cual explicaría la falta de campo magnético. Ahora, el nuevo hallazgo hace resaltar un fallo en la argumentación anterior: si el interior de Marte no está caliente, ¿cómo se explican sus grandes volcanes de aspecto reciente y volumen descomunal, con alturas que hasta triplican la del Everest? ¿Puede un vulcanismo tan importante producirse en un planeta con un interior frío? La cartografía completa del campo magnético de Marte quizá resuelva esta incógnita.
Joya tecnológica
La joya tecnológica de MGS es, sin duda, su cámara fotográfica, una versión de alta tecnología de las modernas cámaras de zoom comerciales (salvo que, como es, lógico, no utiliza negativos sino un escáner lineal). Funcionando como gran angular, la cámara obtiene una imagen diaria del planeta completo, con una resolución de 7 km; en su función de cartografía básica, producirá mapas fotográficos de todo Marte, con una resolución de 500 metros. Y como teleobjetivo, espiará puntos estratégicos seleccionados por el equipo científico de la misión, con una resolución de 1,4 metros. Sólo unas pocas imágenes de las sondas Viking, que desde 1976 han sido la base de casi todos los avances científicos sobre Marte, tienen una resolución de 9 metros.Así que, si no surgen problemas insolubles con el aerofrenado, Marte va a cambiar, lenta pero inexorablemente, bajo nuestros ojos. La diferencia de las imágenes actuales con las mejores obtenidas por las sondas Viking hace 20 años es espectacular: la erosión ha tallado una colada volcánica en un encaje de intrincada geometría; el fondo de un cauce seco invadido por las dunas es una estampa sahariana, una zona de cañones recuerda las cárcavas de Almería y, en el borde de Valles Marineris, las lavas se apilan unas sobre otras como en los acantilados de Gran Canaria. Son sólo atisbos: dentro de dos años, cuando la MGS haya acabado su trabajo, Marte se habrá transformado para siempre en una colección de paisajes increíbles.
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