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Destituido el jefe del Servicio de Vigilancia Aduanera

Luis Rubí Blanc ya no es director del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA). Su cese fulminante se debe a que "hizo unas cosas muy bien y otras muy mal" según la versión ofrecida ayer a sus subordinados por José Aurello García Martín, director de la Agencia Tributarla (organismo del que depende el SVA). Su sustituto es Ignacio Miguel González García, hasta ahora uno de los subdirectores del departamento de Informática de la Agencia. A la destitución de Luis Rubí se unirán en los próximos días las de sus más inmediatos colaboradores.

No sólo es una cuestión de nombres. Se pretende que el relevo de la cúpula del SVA suponga también una reorientación en los cometidos del servicio. En los últimos años, además de la lucha contra el contrabando de tabaco y el narcotráfico, el SVA venía asumiendo sistemáticamente labores de investigación policial contra el blanqueo de dinero. A partir de ahora, según temen los sindicatos, sus funciones serán recortadas de forma progresiva hasta centrarse casi exclusivamente en los delitos fiscales. "No dicen que vayamos a dejar de luchar contra el narcotráfico y su dinero sucio, pero por ahí van los tiros...", se lamentaba ayer un representante sindical. Y añadía: "No va a ser desde luego un cambio rápido, no nos van a desactivar de la noche a la mañana; seremos descafeinados poco a poco".Rubí, director del SVA desde septiembre de 1996 hasta que el BOE publicó su cese el sábado pasado, había imprimido un espíritu combativo al servicio de aduanas. Esto, que a la infantería del SVA gustaba especialmente, llevaba también a frecuentes colisiones de intereses con otros cuerpos policiales y, de forma muy especial, con la Guardia Civil. No fueron ni una ni dos las veces que agentes de uno y otro cuerpo se enzarzaron en discusiones -que en Tarifa (Cádiz) llegaron a convertirse en puñetazos- por la captura de una partida de tabaco, un alijo de droga o una expedición nocturna de inmigrantes ilegales. Rubí se marcha, además, con el mal sabor de boca de un fiasco sonado: la pérdida de los 5.000 kilos de cocaína que trajo el Orto I desde Colombia y que se colaron en la península por las costas de Cantabria.

Al nuevo director, Ignacio Miguel González, inspector de servicios de Hacienda, ingeniero y ex campeón de esgrima, le tocará la reestructuración del SVA, aprobada hace apenas un mes a través de la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos Generales. Aparte de la creación de nuevos cuerpos, se prevé la situación administrativa de "segunda actividad" -hasta ahora inexistente- para quienes estén incapacitados por edad o causas psicofísicas.

No obstante, la normativa aprobada en el pasado mes de diciembre por el Congreso de los Diputados mantiene en la ambigüedad los cometidos del SVA. No existe ninguna referencia a la lucha contra el narcotráfico, pero, en cambio, se le atribuye explícitamente "la persecución, investigación y descubrimiento del fraude fiscal y de la economía sumergida". Serán éstos los delitos en los que el SVA se centrará desde ahora.

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