La policía desmantela dos locutorios clandestinos en 'el pequeño Caribe'
Dos locutorios clandestinos fueron desmantelados y sus propietarios detenidos por la poli, ayer en el pequeño Caribe madrileño. Decenas de inmigrantes latinoamericanos viven en en esa zona del distrito de Tetuán: tienen tabernas propias, peluquerías y establecimientos para el envío de remesas de dinero a sus países de origen. Y, cómo no, locutorios para llamar a sus familiares.
¿Desde qué cabina llamo, mami?", preguntaba ayer una dominicana con el peinado esculpido a base de laca en un locutorio telefónico de la calle de Topete. Su compatriota y dueña, del establecimiento le respondió: "Desde la 10, que está libre". "¿Cuánto le debo?", preguntó casi interrumpiendo la conversación una adolescente ecuatoriana que llevaba cadenas doradas y una gorra blanca. La dependienta no tuvo tiempo para responder cuando se abrió la puerta. Un joven dominicano entró y entonces se entabló una rápida conversación a tres bandas. Fue una muestra del continuo movimiento que se registraba tanto en ése como en el resto de los locutorios de la zona, incluidos los dos desmantelados ayer.El situado en el número 2l de la calle de Topete, llamado L&M, tenía 10 cabinas de teléfono y fue uno de los clausurados. Costaba "sólo cien pesetas por minuto en llamadas a Ecuador", según explicó ayer una ecuatoriana que había llamado desde allí a su tierra. El precio que cobraba el locutorio que estaba puerta con puerta con éste era de 150 pesetas por minuto hasta las seis de la tarde y de 130 a partir de esa hora. El de la calle de Carnicer, apenas a unos metros de los anteriores, el Bachata Rosa, que también funcionaba como bar, escondía "tres cabinas en el sótano", según una inmigrante. En el cartel de ese local se lee: "La distinción latina. Sus envíos por American, enviamos dinero, mejor servicio".
Los propietarios de ambos locales, Santos Eusebio M. C., de 34 años, y Johnny Oscar L. L, de 32, estaban asociados en el fraude telefónico, según la policía. Ambos fueron detenidos ayer por "estafar a Telefónica 1.100.000 pesetas en llamadas internacionales", según se lee en el escrito policial.Compartían el negocio con un tercer socio de la localidad alicantina de Campello. Otra inmigrante, Yeni Miguelina A. A., de 24 años, con permiso de trabajo y residencia en España, también fue detenida como componente de la banda.
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