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La UE cede ante Argelia y eleva el rango de la misión diplomática que enviará al país

Xavier Vidal-Folch

La Unión Europea (UE) y Argelia recondujeron ayer su conflicto diplomático. Acordaron el envío al país magrebí de una misión diplomática, a nivel ministerial-como pedía Argel-, que realizará el lunes una visita de 24 horas, para "continuar el diálogo". Éste versará sobre "todos los asuntos que ayuden a aliviar el sufrimiento del pueblo argelino, sin excluir en principio ninguno" indicaron la presidencia británica de la UE y la Comisión Europea. Los Quince se han dejado bastantes pelos en la gatera, pero han conseguido lo que pretendían.

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El presidente de turno de la UE, el secretario del Foreign Office británico, Robin Cook, agarró al final el teléfono directo, anteanoche, para deshacer el entuerto. Pactó con su colega argelino, Ahmed Attaf, como éste reclamaba, que la troika tenga nivel ministerial y no la formen altos funcionarios. Lo hizo tras discutir el asunto con sus homólogos alemán, Klaus Kinkel -el promotor de la iniciativa- y francés, Hubert Védrine.La misión, compuesta por los secretarios de Estado de Asuntos Exteriores británico, luxemburgués y austriaco y por el vicepresidente de la Comisión, Manuel Marín, realizará una visita de 24 horas, el lunes. El coordinador será el británico Dereck Fatchett. Su misión será "continuar el diálogo político entre Argelia y la UE", declaró Cook, genéricamente. En Argel, Attaf publicó un comunicado en esos mismos términos. Pero sendos portavoces británico y de la Comisión coincidieron en ampliar el objetivo asegurando que el diálogo versará sobre "todos los asuntos que ayuden a aliviar el sufrimiento del pueblo argelino, sin excluir en principio ninguno, por más delicado que sea".

La misión "escuchará" al Gobierno, aunque "no se excluye" que entable discusiones con la oposición moderada u otras organizaciones, indicaron. Pero no tratará, ni la UE lo ha pretendido, de realizar una verificación exhaustiva o una investigación de las matanzas. Tampoco una jornada da tiempo para ello.

Con la reconducción del conflicto diplomático, la UE consigue su propósito fundamental, el envío de una misión, a lo que inicialmente Argel se oponía por considerarlo "una injerencia externa en los asuntos internos". También logra que su tarea pueda versar sobre todos los asuntos, cuando en los últimos días el Gobierno argelino, aceptando a regañadientes la idea de la misión, ha insistido en que el único sentido de la misma sería que ésta diera su apoyo en la lucha contra el terrorismo.

Pero los Quince han dejado algunos pelos en el rifirrafe diplomático previo. El principal, tener que encajar impasiblemente el desaire del Gobierno de Argel, que se negó el miércoles a recibir una misión a nivel de funcionarios. Lo lamentó el propio Kinkel reconociendo no estar "muy contento por la manera" en que se desarrolló su preparación. La radio oficial argelina celebraba ayer como un triunfo el cambio de rango de la misión. El segundo es que han debido alterar la cadencia prevista: la idea era enviar una primera misión a nivel inferior, que informase el día 26 al Consejo de ministros de Exteriores comunitario, y éste pudiese decidir posteriormente -en caso de convenir- un nuevo viaje, esta vez a nivel ministerial.

El tercer precio consiste en que el Foreign Office se ha desautorizado a sí mismo. Uno de sus portavoces declaró el miércoles, tras la negativa argelina, que ya no sería enviada ninguna misión "hasta después" del día 26. El acuerdo alcanzado ayer por Cook desmentía, por la vía de los hechos, esa afirmación. Y el cuarto es que ha tenido que encajar la lección de modos de un país dotado de un servicio diplomático menos famoso: a la sugerencia del embajador del Reino Unido en Argel de que necesitaría poder viajar a las zonas de las matanzas, el ministerio de Attaf replicó que estaba acreditado en todo el territorio nacional y podía desplazarse adonde desease.

Sin embargo, no parece que estos errores y cesiones afecten al mandato de la nueva troika, a juzgar por las afirmaciones de que discutirá de todo lo que convenga. Habrá que esperar al desarrollo de su tarea, y a la versión que de la misma den sus interlocutores. De momento, ya presionan. La diplomacia argelina se quejó ayer de que distintos países de la UE toleren la existencia en sus territorios de "santuarios" organizados por los extremistas violentos. El debate se amplía. Ayer mismo, el Parlamento Europeo anunció que enviará otra misión, de nueve eurodiputados -con carácter "infórmativo y político, no de investigación"- de todas las tendencias. Su visita empezará el 5 de febrero y durará cinco días.

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