La Administración madrileña, remisa a mirar dentro de los surtidores sospechosos
La empresa fabricante admite que los contadores de gasolina se pueden manipular
, La Administración regional de Madrid no muestra prisa alguna por descubrir, si los surtidores de algunas gasolineras cuentan con un dispositivo fraudulento para suministrar menos combustible del que marca el contador. Los directores generales de Industria y Comercio, Leopoldo del Pino e Ignacio de la Vega, anunciaron ayer que sólo inspeccionarán los surtidores de las estaciones denunciadas por la OCU cuando reciban informes acreditativos de que es técnicamente posible manipular sus contadores electrónicos. Los informes llegarán, pero probablemente ya sea tarde.
Las 14 gasolineras de Madrid que, según un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), suministran entre el 4% y el 7% menos combustible del que cobran pertenecen todas al mismo grupo de empresarios, encabezado por la familia Villanueva, y cuentan además con la misma marca de surtidor: CETIL.EL PAÍS habló el pasado lunes, día en que se conoció el escándalo, con el gerente de CETIL, José Antonio Sánchez, quien aseguró que, en el momento en que su empresa instala los surtidores, los postes cumplen escrupulosamente las normas de metrología, pero admitió también que "posteriormente pueden ser manipulados".
Respecto a la existencia de un dispositivo electrónico activable a distancia y diseñado para alterar el contador, dijo que es técnicamente posible hacerlo, aunque aseguró no haberlo visto nunca. Sólo una vez, recordó, hace aproximadamente dos años, recibió una denuncia anónima sobre la existencia de una empresa que se dedicaba a instalar este mecanismo fraudulento en los aparatos surtidores, pero no pudo llegar a confirmarla. También el Centro Español de Metrología, dependiente del Ministerio de Fomento, confirmó ayer a Europa Press que es posible manipular los surtidores a través de, un dispositivo electrónico o de la alteración del programa informático del contador. Ambos sistemas permitirían cambiar luego casi instantáneamente la cantidad de gasolina suministrada, burlando así las inspecciones que realizan la Administración.
La Consejería de Economía y Empleo de la Comunidad de Madrid ha pedido a la empresa CETIL y al Centro Español de Metrología sendos informes técnicos sobre la posibilidad de manipular los surtidores.
A la vista de las anteriores declaraciones, la respuesta resulta previsible, pero el Gobierno autónomo no actuará hasta que tenga en su poder los informes, lo que podría dar tiempo a los presuntos implicados para borrar las huellas del fraude.
Los dos altos cargos del Gobierno autonómico presentaron ayer el resultado de las inspecciones realizadas el martes a las seis gasolineras del Grupo Villanueva denunciadas públicamente 24 horas antes. Las mediciones de la Comunidad de Madrid fueron radicalmente diferentes a las obtenidas por la OCU. Mientras la organización de consumidores detectó una merma de combustible situada entre el 4,3% y el 7%, los inspectores oficiales verificaron una desviación máxima del 0,5%, dentro del límite legal. Incluso, según la Administración, dos mangeras regalan gasolina a los clientes, al suministrar más combustible del que marca el contador a la vista del público. El director general de Industria, Leopoldo del Pino, reconoció que el método utilizado por sus inspectores -que se limitaron a medir el carburante suministrado en un recipiente de 10 litros y comprobar que el precinto del medidor estaba intacto- no permitiría descubrir un dispositivo electrónico instalado dentro del surtidor. Argumentó que, como no hay constancia oficial de su existencia, no procede buscarlo. Ni siquiera, en su opinión, es necesario inspeccionar el interior de los surtidores para comprobar si han sufrido alguna manipulación, pues ningún dato objetivo induce a pensarlo. "Por rumores y por noticias aparecidas en prensa no me puedo mover. No me sirve de nada ninguna información verbal, ni me puede servir para mover a los inspectores un gráfico aparecido en un periódico", dijo Del Pino, en alusión al publicado el martes por EL PAÍS, que detallaba cómo se manipula un surtidor.
Los responsables regionales añadieron que, si se confirmase la existencia del dispositivo fraudulento, pedirán la colaboración del Gobierno central, pues sería un peligro no sólo para Madrid sino para toda España. "Si fuera necesario", agregaron, "se desmontarían pieza a pieza todos los surtidores de la región".
Se da la circunstancia de que el informe de la OCU no sólo indicaba las gasolineras presuntamente fraudulentas sino incluso el número de surtidor, por lo que, de haber actuado con rapidez, habría sido suficiente inspeccionar unos pocos surtidores para verificar la manipulación.
La comparecencia de los dos directores generales se produjo tras una reunión con la Asociación de Empresarios de Estaciones de Servicio de Madrid, que calificaron de "rutinaria" y en la que sólo se habló "de pasada" del informe de la OCU.
A la salida de la reunión, el presidente de la patronal madrileña, Antonio Onieva, hizo críticas muy duras a la organización de consumidores, a la que acusó de arrogarse el papel de la Administración y de los tribunales y de practicar el "terrorismo económico" con su denuncia.
Respecto a la utilización de un artilugio electrónico para trucar los surtidores, admitió que, "en este momento, en electrónica e informática no se puede decir que algo sea imposible". No obstante, agregó que "si existe, [el dispositivo de manipulación] habrá sido un desarrollo tecnológico que por primera vez se ha producido en España. No es malo que seamos por una vez los primeros, pero esto no vale con decirlo, hay que demostrarlo".
Los expertos consultados por EL PAÍS consideran, por el contrario, que no tiene especial mérito el diseño de este dispositivo, pues se trata de un circuito electrónico bastante elemental.
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