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CRISIS EN LA TRANSICIÓN CHILENA

Los carabineros irrumpen en el Parlamento durante el juicio político al ex dictador

, ENVIADO ESPECIAL, Los seguidores del general Augusto Pinochet consiguieron su objetivo. El juicio político contra el ex dictador que se disponía a llevar a cabo ayer por primera vez la Cámara de Diputados chilena quedó desvirtuado por los tumultos registrados en las tribunas de invitados, que obligaron al presidente de la Cámara a su desalojo, provocaron la intervención de los carabineros y la posterior retirada de la sesión de los diputados de la Unión Demócrata Independiente (UDI) y de Renovación Nacional (RN), los dos partidos de la derecha que aúpan al ex dictador.

Los abucheos, gritos, e insultos de todo calibre -"Pinochet, asesino" o "Presidente Pinochet, da el golpe otra vez"- entre opositores y seguidores del comandante en jefe del Ejército dieron paso a la violencia cuando los carabineros entraron a golpes en el hemiciclo para retirar una pancarta -"Sí a la acusación, Chao Pinochet"- desplegada por las Juventudes de la Democracia Cristiana. El clima era ya irrespirable, cuando el presidente, tras reiteradas advertencias, ordenó el desalojo del público y suspendió temporalmente la sesión. En la calle, los enfrentamientos entre pinochetistas y antipinochetistas continuaron.El debate quedó totalmente desvirtuado cuando se reanudó y sólo entraron en la sala los diputados de los partidos de la Concertación (coalición gobernante), que apoyan el juicio político a Pinochet. Los parlamentarios de la derecha pinochetista, UDI y RN, justificaron su retirada afirmando que la Cámara se estaba convirtiendo en un circo, por lo que no estaban dispuestos a colaborar en favorecer una imagen deplorable de Chile.

El de ayer es el más claro ejemplo de la polarización y la animadversación visceral que despierta la figura de Pinochet en el Chile actual. Y no sólo eso. Es un vaticinio inquietante de lo que puede ocurrir el próximo 11 de marzo, cuando el general haga su entrada en el Senado como senador vitalicio no elegido.

Hasta el momento de la interrupción temporal de la sesión sólo habían hecho uso de la palabra tres diputados. El socialista Camilo Escalona dijo en su intervención: "La historia ha demostrado que los dictadores más fieros son también los más cobardes", y no dudó en calificar a la dictadura de Pinochet como "el régimen más siniestro de nuestra historia". Y concluyó: "Éste es un debate necesario para que la verdad histórica derrote a la hipocresía".

Los oradores no se anduvieron con chiquitas a la hora de evaluar la obra del militar erigido en presidente. "El más devastador pirómano de la República está entre nosotros", alertó el diputado Nelson Ávila, del Partido por la Democracia (PPD). Los partidarios del antiguo dictador no resistieron tamaña afrenta. Aparecieron las fotos de Pinochet. Y arreciaron los gritos: "Pino, Pino, Pinochet, y "Que vuelva otra vez". Desde el sector de la tribuna de invitados llegó la respuesta: "Pinochet, CNI [policía política], asesinos del país". Unos y otros, frente a frente. Entraron los carabineros y golpearon a los jóvenes de la DC que enarbolaron la pancarta contra el general, pero nada hicieron contra los vociferantes pinochetistas.

En la reanudación de la sesión, ya sin público, los diputados demócratas insistieron en la necesidad de discutir si el comandante en jefe del Ejército es digno o indigno de desempeñar la función de senador. La parlamentaria democristiana Mariana Aylwin, hija del ex presidente de la República Patricio Aylwin, terminó su intervención con estas palabras: "Nuestra gran distancia con el general Pinochet está en cómo concebimos el poder. Él ha entendido la política como una acumulación de poder sin restricción".

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