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Los países grandes y pequeños de la UE se enfrentan por el control del Banco Central

Xavier Vidal-Folch

, Los países pequeños y los grandes de la Unión Europea (UE) se enfrentaron secamente anteanoche en el Comité Monetario por el reparto del poder en el Comité Ejecutivo o directorio del futuro Banco Central Europeo (BC). Los pequeños aspiran a una participación geográfica "equitativa" mientras los grandes opinan que sus adversarios ya están sobrerrepresentados en el Consejo de Gobierno. Sólo hubo un principio de acuerdo, de carácter informal: saldar con una solución de compromiso el litigio franco-holandés sobre la presidencia del banco.

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Los quince directores generales del Tesoro reenviaron su desacuerdo al Consejo de Ministros de Economía y Finanzas (Ecofin), que se celebrará el lunes, considerando que el asunto les desborda por sus afiladas aristas políticas. El reparto del poder en el decisivo BCE, que controlará la política monetaria europea en la etapa del euro, se ha convertido en la asignatura pendiente en la fase de preparación del euro.El debate sobre la composición del directorio del BCE (seis miembros, contando al presidente y al vicepresidente) en la reunión del Comité Monetario -cuyas discusiones no se hacen públicas- fue áspero de contenido. Los países pequeños, encabezados por Portugal, reclamaron que la distribución de cargos siga el principio del "equilibrio geográfico", según fuentes monetarias europeas. Eso implicaba repartir los puestos por mitades entre grandes y pequeños, en principio de los países que accedan en primera velocidad a la moneda única, probablemente once (todos menos Grecia, Reino Unido, Suecia y Dinamarca).

Alternativamente, propusieron definir un "sistema de rotación" de miembros del Comité Ejecutivo, previamente a su designación, el primer fin de semana de mayo, por los jefes de Estado y Gobierno.

Los países grandes, encabezados por Alemania, insistieron en que hay que despolitizar el formato del BCE, y que por tanto el debate no debía centrarse en las nacionalidades de origen de los miembros del directorio, sino en su adecuación a la tarea que de ellos se espera. Su argumentación se centró en que los Quince deben atenerse al único mandato del Tratado de Maastricht sobre este asunto. En efecto, su primer protocolo indica (artículo 11) que la selección del directorio se hará "entre personalidades de reconocido prestigio y experiencia profesional en asuntos monetarios o bancarios".

Consejo de Gobierno

En realidad, los grandes consideran también que los pequeños están ya sobrerrepresentados en un órgano del BCE, el Consejo de Gobierno, formado por el Ejecutivo y por los gobernadores de los quince bancos centrales nacionales. Como cada uno de sus componentes dispondrá de un voto, los países de menor peso demográfico y económico dispondrán de entrada de la misma influencia que los pesos pesados. La única posibilidad de diferenciación radica, pues, en la composición del directorio.Entre uno y otro bloque, España mantuvo todas las opciones abiertas. Mientras en esta discusión el acuerdo fue imposible, sí lo hubo en cuanto a la presidencia. Los quince directores del Tesoro abonaron la idea de un reparto del primer mandato entre el candidato oficial francés, Jean Claude Trichet, y su colega holandés Wim Duisenberg, actual presidente del Instituto Monetario Europeo. Eso sí, con la condición de no violar el Tratado, que establece en ocho años el mandato del presidente.

Desechado el reparto formal del primer mandato en dos mitades, quedan otras dos soluciones de compromiso. Una es un acuerdo no escrito por el que el propio Duisenberg se retiraría por voluntad propia tras el lanzamiento del BCE y del euro. Otra, la fórmula Juncker -por el primer ministro luxemburgués, Jean Claude Juncker-, quien la propuso en diciembre a Kohl, Chirac y Kok.

Esta fórmula mantendría el mandato de ocho años, como exige el Tratado. Pero en el reglamento del BCE sobre las inmunidades diplomáticas de sus miembros, se fijaría un límite de edad a los 65 años. Así, Duisenberg podría ser nombrado por ocho años; cesaría en su puesto al cabo de dos, por llegar al tope de edad (tiene 63); y daría paso a Trichet, por ocho años (tiene hoy 55).

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