Jospin: "No será el año de la revolución"
, Sujeto a la presión de unas organizaciones patronales que ayer le exigieron, "solemnemente", que renuncie al proyecto de las 35 horas semanales, sometido a los continuos ataques del presidente Jacques Chirac, desdoblado últimamente en jefe efectivo de la oposición, el primer ministro Lionel Jospin ha optado por la continuidad de los ritmos de aplicación de su política, en oposición también a quienes, desde su izquierda, opinan que hay acelerar los cambios y pasar a "una segunda fase". Jospin proclamó ayer en la tradicional recepción de principio de año a los periodistas que 1998 "no será el año de la revolución, de la inflexión y menos aún de la pausa" en la acción del Gobierno, sino un período caracterizado, enfatizó, por "la prolongación, la profundización y la ampliación" del trabajo emprendido en 1997.
"Matignon está ocupado por hombres que actúan con calma, que escuchan, reflexionan, deciden y actúan", indicó, recitando de corrido la fórmula que se ha dado en llamar el estilo Jospin.
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