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Antonio Saura afirma que tiene la cabeza "Ilena de ideas y proyectos"

Amelia Castilla

, Antonio Saura (Huesca, 1930) seleccionó personalmente las 19 obras gráficas y los óleos que componen la exposición que ayer se inauguró en la madrileña galería Malborough de Madrid (Orfila, 5). "Resume muy bien los dos aspectos que más se relacionan con las imágenes que empleo en pintura", explicó ayer el artista en el curso de una conversación teléfonica desde su domicilio madrileño donde convalece, tras ser dado de alta en el hospital Doce de Octubre, donde fue tratado de una leucemia mieloide aguda. El artista, que afirmó tener "la cabeza llena de ideas y de proyectos", no pudo acudir por la tarde a la inauguración de la muestra, que se exhibe en la sala pequeña de la galería, por encontrarse todavía demasiado débil, pero prometió acercarse cualquer día antes de la clausura, prevista para el 14 de febrero.

La obra expuesta se puede separar en dos series, una más relacionada con sus obsesiones pictóricas, como las cruces, Goya o Rembrandt, y otra más próxima a sus investigaciones sobre las ideas de acumulación y repetición cargadas de hiperbarroquismo. Este último aspecto fue calificado por el pintor como "la serie menos conocida" de su obra gráfica. Saura destacó también que otra de las características de su trabajo serigráfico es el empleo de color, "mucho más evidente que el utilizado en mi pintura al óleo".

Ejemplares únicos

Una de las singularidades de la muestra, en la que se reúnen serigrafías realizadas entre los años 1975 y 1989, radica también en que una buena parte de lo exhibido corresponde a ejemplares únicos de ediciones que tuvieron tiradas de una media de 60 ejemplares. Es el caso de las dos serigrafías de El perro de Goya o las dos de Rembrandt.El precio de la obra exhibida tiene una media que ronda las 200.000 pesetas. A la entrada de la galería se exhiben también unos pocos óleos, realizados sobre papel y cartón, que, en el caso de las cabezas realizadas para Arco 97, fueron pintados a principios de enero del pasado año y tienen la peculliaridad de ser el último trabajo realizado hasta ahora por el artista.

El propio pintor afirmó ayer que lo que peor lleva de la convalencia de la enfermedad es estar alejado del lienzo y el dibujo. "Lo echo mucho de menos", dijo. "El descubrimiento de la enfermedad se produjo en un momento en el que me encontraba en Cuenca encerrado y trabajando muy bien". En este tiempo de reposo obligado, Saura ha puesto toda su atención en ordenar sus textos literarios para su posterior publicación en varios tomos de un tratado sobre la pintura. "He intentado, sobre todo, darles un sentido", aclaró el pintor, que se definió como un escritor dominguero.

La inauguración de la obra gráfica de Saura se realizó conjuntamente con la apertura de la muestra dedicada al hiperrealista estadounidense Richard Estes, que presenta por primera vez en España una individual.

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