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El Gobierno italiano pide ayuda a Europa para frenar la masiva oleada de kurdos

El Gobierno italiano se considera impotente para afrontar la crisis provocáda por los últimos desembarcos de inmigrantes kurdos procedentes de Turquía en las costas del sur del país. El primer ministro, Romano Prodi, ha pedido ayuda a los socios de la UE, en particular a los del grupo de Schengen, para afrontar un problema que a provocado una marejada política entre Italia, Alemania y Turquía. Responsables policiales de los países más afectados -Francia, Grecia y Holanda, además de los citados- se reunirán en Roma el jueves para estudiar las conexiones mafiosas de un tráfico de inmigrantes que Turquía se apresuró ayer a calificar de "criminal" y carente de connotaciones políticas.

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Las protestas delGobierno turco, que a través del viceprimer ministro, Bulent Ecevit, ha acusado a los países comunitarios de contemplar el problema kurdo desde una óptica racista, han sido provocadas por la actitud italiana de subrayar ante todo la ,necesidad de que Turquía respete los derechos humanos de los kurdos que habitan dentro de sus fronteras. Italia ve en el desembarco masivo de inmigrantes kurdos en sus costas -unas. 1.200 personas en los últimos diez días- la respuesta desesperada de una población que vive perseguida y sometida a duras represalias. El titular de la diplomacia italiana, Lamberto Dini, se ha preocupado de dejar bien claro que su país está obligado a aplicar estrictos criterios de humanidad con los kurdos, si bien ha declarado que el asilo político se concederá tras un exhaustivo estudio de las peticiones que se reciban. Para Turquía esta alusión a los derechos humanos es una interpretación romántica de lo que simplemente es "un flagrante caso de tráfico ilegal de seres hurnanos" que organizan grupos de delincuentes que "explotan el comprensible deseo de una vida mejor" de los kurdos.En cualquier caso, las autoridades italianas han prometido que actuarán con toda la contundencia que permiten las leyes contra este éxodo masivo. Italia no desea enfurecer a Turquía y mucho menos a Alemania, que ha expresado ya su protesta por la excesiva tolerancia de Italia en el manejo de la crisis. Los kurdos desembarcan en las costas de Calabria o la Puglia, pero llegan a Italia con la mirada puesta en el Norte, porque su sueño es encontrar un trabajo en Alemania o Francia. De ahí que Roma haya lanzado una llamada a la colaboración entre las fuerzas de seguridad de los países más afectados. A la reunión policial deljueves en Roma también asistirán representantes turcos.

La primera respuesta de colaboración policial ha partido de Turquía, donde entre la madrugada del lunes y ayer fueron detenidas en Estambul unas 500 personas que esperaban embarcar probablemente con destino a los puertos italianos. Mientras, la Marina militar italiana patrulla las costas del sureste y el canal -de Otranto en espera de nuevos desembarcos, aunque hasta la fecha los rumores difundidos porportavoces del Frente de Liberación Kurdo que hablaban de un inminente desembarco de hasta 10.000 kurdos han quedado desmentidos por los hechos. Italia afronta como puede la situación, especialmente delicada tras la llegada el 1 de enero de cerca de 400 inmigrantes clandestinos, casi todos kurdos, a bordo de una nave sin tripulación que atracó en las proximidades del puerto de Bari. Pocos días antes, el 27 de diciembre, un contingente de 823 inmigrantes había desembarcado en la costa calabresa, tras navegar durante días en el barco Ararat, cuya tripulación, de nacionalidad turca, fue poco después detenida.

Las dificultades que afrontan los kurdos, una población desperdigada entre cinco países (Turquía, Irak, Irán, Siria y Armenia) y desangrada no sólo por la represión sino por las luchas internas, es la causa principal del éxodo de un millón de personas. A lo largo de 1997, apenas 2.000 desembarcaron en Italia.

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