Las presiones para evitar el IVA ecológico, clave del retraso de la ley de envases

, Las presiones de la industria al Ministerio de Hacienda han provocado que la aplicación de la Ley de Envases se retrase cuatro meses, según fuentes del sector. Los fabricantes pretenden que al impuesto ecológico -el llamado punto verde- con el que se gravará los bienes de consumo para financiar la recogida selectiva de sus envases no se le aplique el IVA. De ser así, creen que incrementará aún más los precios. También reclaman que el punto verde sea excluido de los descuentos que suelen aplicar los comerciantes. Estas discusiones han cancelado la primera ley aprobada por el Ministerio de Medio Ambiente.

Mientras Alemania y Francia plantean en la Unión Europea endurecer la directiva sobre reducción de envases, la trasposición de esa norma europea en España ha pinchado en hueso.No se aplicará como estaba previsto a comienzos de este año porque nada estaba preparado para exigir su cumplimiento; ni el reglamento que la desarrolla, ni los medios técnicos y económicos.

Según Carlos Martínez Ordago, director del Club Español de Residuos, el retraso hasta mayo de la aplicación de una ley que debía haber entrado en vigor el día uno de enero, se debe al enfrentamiento que han sostenido los fabricantes con el Ministerio de Hacienda.

Frente a las pretensiones de este departamento de aplicar el Impuesto de Valor Añadido (IVA) al llamado punto verde, se han atrincherado en su rechazo. Lo consideran algo así como un impuesto revolucionario. Creen que el punto verde o impuesto ecológico finalista, que se aplicará voluntariamente a todos. los productos envasados para financiar su recogida y reciclado en un sistema integrado de gestión, no debe ir gravado con un impuesto añadido. Los fabricantes también se han enfrentado a los distribuidores y grandes superficies que suelen aplicar grandes descuentos en determinadas temporadas. Dicen que la peseta o los céntimos del sobrecoste de los productos que lleven el punto verde no debe incluirse en las rebajas; debe quedar claramente diferenciado del precio porque se trata de una cantidad destinada a financiar a los ayuntamientos para que hagan una recogida selectiva de envases.

Las agrupaciones de empresarios y distribuidores constituidas para gestionar los puntos verdes, como Ecoembalaje, Ecovidrio... ya anunciaron hace meses que España estaba inmadura para aplicar una ley que implica cambiar los hábitos domésticos de un día a otro por decreto.

En la Comunidad de Madrid, sin ir más lejos, el Consejero de Medio Ambiente, Carlos Mayor Oreja, fue boicoteado por el alcalde de Pinto cuando pretendía inaugurar el pasado día dos en este municipio una planta de clasificación de residuos de envases.

El alcalde alegaba que la planta carecía de licencia municipal, pero detrás de ese pretexto, se esconde la reclamación de muchos otros alcaldes de dinero para financiar los nuevos sistemas de recogida selectiva de basuras y residuos de envases. Con todo era la primera planta de esta características que se habilitaba en Madrid. En el resto de las comunidades autónomas, salvo Cataluña y el País Vasco están más verdes aún.

Contenedores amarillos

Por otro lado, el Ministerio de Medio Ambiente entregó la última semana de diciembre a los miembros del Consejo Asesor de Medio Ambiente (CAMA) el tercer borrador del Reglamento que desarrolla la Ley de Envases. Fuentes del ministerio creen que será el definitivo, a falta de incorporar las últimas alegaciones de los sectores consultados.Parte del tiempo invertido en las discusiones se ha dedicado a definir qué se consideraba envase: ¿lo es un ataúd o la bolsa de una infusión? Estas últimas se han excluido, como no podía ser menos, aunque se supone que el ataúd sí lo es.

Con todo, el ministerio de Isabel Tocino y las Comunidades Autónomas tienen por delante una intensa tarea para poner en marcha los primeros pasos de un cambio revolucionario sobre las costumbres ciudadanas. De entrada deberán inundar las calles de contenedoras amarillos para que se depositen en ellos los envases y residuos de envases. Nadie sabe cómo son. No se han visto por ningún lado.