Aceras sucias

Hay problemas que parecen no tener solución en este Madrid de mis amores. Me refiero, en general, a la suciedad y el abandono que afean muchos puntos de la ciudad y, en particular, a los excrementos de perro que proliferan en aceras, plazuelas y parques. Creo que hoy cualquier ciudad o pueblecito español está más cuidado y más limpio que Madrid. Parece que el Ayuntamiento, tan proclive a obras faraónicas y millonarias (seguramente necesarias), presta poca atención a asuntos de menos eco como la limpieza, arreglo de aceras, mantenimiento y vigilancia de parques, seguridad vial y otros servicios, tan importantes y apreciados por los ciudadanos.Por otra parte, también es verdad que existe un sector considerable de la ciudadanía que está muy lejos de poseer un mínimo de urbanidad y civismo para convivir aceptablemente en sociedad. Se dice: "No es más limpio quien más limpia, sino quien menos ensucia". ¿Qué se puede hacer con esos adultos y esos niños que arrojan al suelo papeles y desperdicios con toda la naturalidad del mundo? ¿Y qué decir de esos ciudadanos que sacan a sus perros, deliberadamente, a defecar en las aceras, plazuelas, parques o donde les apetezca? ¡Espectáculo repugnante y tercermundista! Cierto también que hay gente correcta que adiestra a sus perros para vivir en un piso y en una ciudad sin molestar a nadie, pero, ¿cómo exigirle a la gente maleducada que eduque a su perro?

Sería interesante que el Ayuntamiento iniciara una campaña televisiva (con personas o dibujos), cuyas escenas dejasen bien claro lo que no debe hacer en la calle un ciudadano educado. Historietas en las que los desaprensivos se encuentren reflejados y se sientan reprochados. ¿No sería una incongruencia llegar al euro con las calles llenas de excrementos de perro?- .