El combativo y polémico cineasta japones Itami se quita la vida en Tokio
En 1992 fue asaltado por la mafia 'yakuza'
El director de cine japonés Juzo Itami, de 64 años mundialmente conocido por sus películas dedicadas a desentrañar y denunciar los aspectos más violentos, oscuros y conflictivos de la vida en el Japón actual, murió la noche del sábado tras lanzarse al vacío desde el octavo piso del edificio donde se encontraba su despacho de trabajo, según informaron fuentes policiales de Tokio ayer, domingo.
"Todo indica que el señor ltami trepó voluntariamente por la alambrada de protección de la azotea de la casa, pues no encontramos ningún indicio de que alguien le condujera allí y después lo arrojase a la calle", declaró un portavoz de la policía de Tokio, donde la muerte del cineasta ha conmocionado no sólo los ambientes culturales y profesionales del cine, sino también a la opinión pública, pues era un personaje muy popular en su país.En España, tanto el personaje -inclinado a actitudes aristocráticas y con fuerte magnetismo personal- como la obra- caracterizada por su denuncia sarcástica de los puntos negros de la vida japonesa actual- de Juzo ltami son casi desconocidos, pues raramente llega a nuestras pantallas alguna película japonesa, por significativa que sea en su país, y aunque, como las de este cineasta, superase las fronteras del consumo interior y entrase en los circuitos internacionales de distribución, cegados por el casi monopolio de la distribución estadounidense.
En Japón se especuló ayer sobre las posibles causas del suicidio, y entre ellas se barajó la de una depresión provocada por su relación con una joven actriz de 26 años, aireada los últimos días por la prensa amarilla y capturada por imágenes de paparazzi. Un representante de la empresa productora de ltami afirmó ayer que un artículo y unas fotografías recientemente publicados por la revista Flash, en las que se veía a Itami en compañía de esa joven, le habían perturbado profundamente. El cineasta estaba casado con otra actriz, la veterana Nobuko Miyamoto, protagonista de casi todas sus películas y con la que tenía dos hijos.
Él comenzó también su carrera como actor en 1960 e intervino en conocidas películas occidentales, como 55 días en Pekín, dirigida por Nicholas Ray, y Lord Jim, dirigida por Richard Brooks. Itami nació en Kioto en 1933 y era hijo de otro cineasta, Mansaku Itami. Su hermana menor es la esposa del célebre escritor Kenzaburo Oé, que ganó el Premio Nobel de Literatura en 1994.
La carrera de Itami como director de renombre internacional comenzó con Los funerales, que rodó hace 14 años, en 1985, cuando ya había cumplido 50. En ella hizo una minuciosa disección crítica del gusto de los japonenes por los enrevesados, y en la mirada del cineasta absurdos hasta límites delirantes, rituales mortuorios vigentes, algunos de ellos de origen secular. El filme obtuvo un enorme éxito en Japón, donde, además, convulsionó a causa -de su acidez crítica. Posteriormente alcanzó distribución en todo el mundo.
Pero fue el filme Nimbo No Onna, de 1992, el que, por razones extracinematográficas, paseó su imagen por los cinco continentes. La película es una incursión durísima en los despiadados métodos criminales de la mafia japonesa, la temible yakuza. Muchos filmes, japoneses y estadounidenses, han descrito estos atroces métodos sin que las organizaciones mafiosas tomaran represalias, pero la audacia y el conocimiento de las interioridades de lo que Itami filmaba irritó a las cúpulas yakuzas, que dieron órdenes de escarmiento a uno de sus grupos de asalto. El cineasta pudo salvar su vida de milagro, aunque cosido a cuchilladas. La imagen de su rostro cortado dio la vuelta al mundo.
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