Narros estrena un 'Rey Lear' basado en el choque entre juventud y vejez

En su tercer montaje de la shakesperiana El Rey Lear, Miguel Narros ha buscado una visión más "limpia y sintética" centrada fundamentalmente en el conflicto entre la "historia de los mayores y la historia de los jóvenes" según declaró el director teatral en la presentación de la obra, que se estrenó ayer en el Teatro Principal, de Valencia. Helio Pedregal (Lear), Joaquín Hinojosa (conde de Kent) y Manuel Tejada (conde de Gloucester) son algunos de los 18 actores del reparto de la obra, integrada en la programación del Valencia World Shakespeare Congress.

Levantar el telón ha costado más de 37 millones de pesetas, de los cuales la Generalitat valenciana ha aportado al menos 18 millones y el resto la productora de Andrea D'Odorico, quien también se ha encargado de la escenografía. En el nuevo montaje, de casi cuatro horas de duración, se ha privilegiado el punto de vista del bufón (Manuel Ochoa), pero sobre todo se ha pretendido realizar un análisis, "desde una gran frialdad", sobre las relaciones terribles entre la vejez y la juventud", según dijo D'Odorico."Ha sido casi como enfrentarse a una ópera", subrayó el escenógrafo en alusión a las dos horas y media de música de fondo del italiano Florenzo Carpi. Es la misma música del montaje de El rey Lear que, precisamente, estrenaron Narros y D'Odorica en 1982 en el Teatro Principal, de Valencia, con la compañía Teatro el Arte. En esta ocasión el desventurado rey Lear, padre de tres hijas, está encarnado por un actor asiduo en las obras de Narros, Helio Pedregal, quien con vehemencia explicó que el propósito del nuevo montaje es "arrancar el corazón a Lear para saber por qué se parece tanto a nosotros".

Resaltar la vigencia de las cuestiones que plantea el drama de Shakespeare fue una de las ideas que más reiteraron los responsables del montaje que se representará hasta el 25 de enero. "El tema de El rey Lear es la descomposición del mundo", dice en el programa Jan Kott. Narros ha utilizado un vestuario de principios de siglo y ha dotado al montaje de una carga castrese presente en la mayoría de los personajes. La frialdad del montaje se traduce en un sencillo escenario en el que destaca el juego de luces sobre el gran suelo instalado y la composición y movimiento del amplio reparto.