Ocho escritores dan su visión sobre las ciudades patrimonio españolas

Una introducción histórico-artística, profusión de fotografías talento periodístico o literario para escribir un "paseo romántico". Ésa es la fórmula que marca la lujosa colección sobre las ciudades patrimonio de la humanidad de España que ha publicado la editorial segoviana Artec Impresiones. Avalada por la Unesco, la edición consta de ocho libros, más una antología de todos. Los autores son Concha García Campoy (Ávila), Miguel Ángel Aguilar (Cáceres), Antonio Gala (Córdoba), Manolo Vicent (Cuenca), Amando de Miguel (Salamanca), Fernando Ónega (Santiago), Manuel Toharia (Segovia) y Gregorio Marañón (Toledo).

El sociólogo José Juan Toharia ha coordinado todas estas firmas populares, que escriben las guías románticas, cuyo precio es de 4.990 pesetas. Junto a ellos, los libros incluyen textos de autores menos conocidos, historiadores del arte y urbanistas y también periodistas, que hacen un estudio turístico y teórico de las distintas ciudades. La elección de los escritores combinando literatos puros, sociólogos, periodistas e incluso científicos como Toharia y abogados como Gregorio Marañón da gran variedad a unos textos inmersos en un gran despliegue de diseño a cargo de Carlos Horcajo y las fótografías de José M. Díez, Pototo.Al acto de presentación, celebrado anoche en Madrid, acudieron cinco de los autores y tres de los alcaldes de las ciudades declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Presidió el de Cáceres, José María Saconia, que ostenta el cargo de vicepresidente de la Asociación de Ciudades españolas declaradas Patrimonio.

Concha García Campoy habló de su especial complicidad con Ávila, a la que definió como una ciudad de pasión contenida. Miguel Ángel Aguilar definió Cáceres como un lugar sorprendente y lleno de vida. Antonio Gala dijo que le gustaría que cuando en el mañana se hable de Córdoba la gente asocie a esa ciudad su nombre y habló de la edición de la obra como un producto del amor compartido por él y el escritor Manuel Fernández.

Amando de Miguel, que en su texto define a Salamanca como una ciudad que abomina de la simetría, dijo no tener la menor duda de que la ciudad castellana fue fundada por Caín y lo justificó con motivos unamunianos: "Si él dijo que el arquetipo de la envidia era Abel, no cabe ninguna duda de que Caffl fundó Salamanca".

Gregorio Marañón, que en su texto propone un recorrido por el Toledo de El Greco a través de los palacios, conventos y catedrales que guardan obras del pintor cretense, bromeó con su condición de "abogado de oficio". "Toledo no precisa de ningún lazarillo de altos vuelos. Bastaba un abogado para que la ciudad resplandezca por sí misma".