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CUMBRE DE LUXEMBURGO

La Unión Europea abre sus puertas a Chipre y a cinco países del Este

Grecia levanta su veto para que Turquía esté presente en la 'sala de espera' de un hipotético ingreso en la UE

Xavier Vidal-Folch

Europa volverá a ser una. Los jefes de Estado o de Gobierno de la Unión Europea adoptaron ayer una decisión de alto calado histórico y simbólico al iniciar su quinta ampliación. Tras arduas discusiones, invitaron a los 10 países de Europa del Este aspirantes a entrar en la Unión, y a Chipre, a incorporarse al proceso genérico de integración. Y fijaron para el próximo mes de abril el inicio de las negociaciones concretas de adhesión con Polonia, Hungría, República Checa, Estonia, Eslovenia y Chipre, que constituyen el grupo de la primera velocidad. A Turquía no le abrieron la puerta, pero sí una ventana: se le invitó condicionalmente a incorporarse a la Conferencia Europea, una sala de espera. El resultado del Consejo Europeo simboliza el fin del conflicto Este-Oeste. "Empieza una nueva etapa de trascendencia histórica", subrayó el presidente del Gobierno español, José María Aznar, tras haberse impuesto España, aliada con Alemania, a la pretensión francesa de mezclar la ampliación con su factura. "Es un regalo de la historia, también para Alemania", glosó, emocionado, el canciller alemán, Helmut Kohl. El logro es "de carácter monumental", concluyó el anfitrión luxemburgués, Jean-Claude Juncker, presidente del Consejo Europeo.Pasa a la página 2

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Candidato potencial

Los Quince sortean los escollos de la ampliación

Ahora, todos esperan que la intermediación del secretario de la ONU, Kofi Annan, la labor del enviado especial norteamericano y las presiones de la UE, plasmen para la próxima primavera unas bases de reconciliación en la isla, sobre la idea de una federación bizonal y bicomunitaria. Casi todo dependerá de la disposición de Ankara a flexibilizar su postura.¿Bastará para ello la nueva frontera esbozada ayer? "La UE ha dado a Turquía un fuerte mensaje de que está comprometida a convertirla, algún día, en uno de, sus miembros", sentenció el presidente de la Comisión, Jacques Santer. Pero en los oídos del enfermo oriental de Europa, aún resuenan las palabras públicas de Jean-Claude Juncker asegurando no estar dispuesto a sentarse en una misma mesa con gente que practica "la tortura".

Sin embargo, el Gobierno turco aplazó anoche su opinión sobre los resultados de la cumbre. Observadores turcos interpretaron esta ausencia de reacción inmediata como un síntoma de la mejor acogida de la propuesta de la cumbre respecto de la dispensada en la reunión del miércoles entre Junker y el primer ministro turco, Mesut Yilmaz. Empieza para Europa una nueva y apasionante etapa, sí, pero nada exenta de tormentas.

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