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ETA VUELVE A MATAR

El PP asignará protección a sus 210 ediles en el País Vasco

Aurora Intxausti

"¿Quién puede entender que para bajar a comprar unos ajos a la tienda de debajo de mi casa tenga que ir acompañada de un escolta?". La pregunta que se hace la portavoz del Grupo Popular en el Ayuntamiento de San Sebastián, María José Usandizaga, se la han estado haciendo en los últimos días muchos cargos públicos del Partido Popular en el País Vasco. El disparo que atravesó el jueves la cabeza del concejal José Luis Caso ha obligado a los cargos públicos del PP a tomar conciencia de que ETA les ha elegido como objetivo principal de sus acciones terroristas y a aceptar la escolta que se habían negado a llevar. El PP asignará protección a sus 210 políticos repartidos por las distintas instituciones para intentar evitar que la organización terrorista cumpla su amenaza.

"Nos presentamos a las elecciones sin miedo y ahora con el respaldo de los votos no podemos caer en el desánimo". María San Gil, concejal del PP en San Sebastián, pronunciaba estas palabras sin poder alejar de su mente los asesinatos de Gregorio Ordóñez, Miguel Angel Blanco y José Luis Caso, así como el atentado dirigido contra su compañera de corporación y amiga Elena Azpiroz, que le costó la visión del ojo izquierdo a su guardaespaldas.Carmen Nagel, concejal donostiarra, decidió hace dos días llevar escolta por consejo de su familia y amigos pero le horroriza pensar cómo cambiara su vida. "Puedo asumir que yo soy un objetivo de ETA pero no que mi militancia política pueda acabar con la vida de un escolta o de mi familia", asegura Nagel. La edil de San Sebastián es militante del PP desde que se fundó este partido y antes ya estuvo afiliada a la desaparecida Alianza Popular. "Hemos pasado mucho tiempo en el que se no podía decir a qué partido votabas como para que ahora empecemos a estar atemorizados", asegura.

El ministro de Interior, Jaime Mayor Oreja, fue ayer contundente en San Sebastián al explicar a los representantes del comité provincial y regional los riesgos a los que están expuestos los cargos públicos del PP vasco. Y les dio a conocer las medidas de seguridad que deben adoptar sus compañeros de partido para intentar evitar que los terroristas puedan atentar contra ellos.

"Los de ETA dicen que luchan por el pueblo y ellos son los que nos están quitando a los vascos nuestra libertad", declaraba con malestar el empresario Gervasio Juaristi, de 66 años.

"El 23 de enero de 1995 a las 16.00 horas me afilie al PP. No conocía a Gregorio Ordóñez pero su asesinato a manos de ETA me obligó a militar en su partido". Ángel Bernardo Yáñez, de 62 años, fue uno de los casi 500 guipuzcoanos que a partir de esa fecha decidieron afiliarse al PP en Guipúzcoa. La muerte de Ordóñez, la persona que en aquellas fechas con más vehemencia se había enfrentado desde su partido al terrorismo en Euskadi, dejó huérfana a la militancia. Precisamente, en un momento en el que ese partido en Euskadi empezaba a mostrarse abiertamente animado por el espectacular crecimiento electoral conseguido, al pasar de seis a 11 parlamentarios en la cámara vasca en las autonómicas de 1994.

Ángel Bernardo Yáñez, casado y padre de ocho hijos, se presentó por primera vez en las listas de un partido para representar al PP en el Ayuntamiento de Tolosa. Hoy dice que no tiene miedo y que sólo aceptará un escolta si se lo impone el partido: "No quiero perder mi libertad y autonomía. No soy un profesional de la política, sino un representante de mi municipio". Yáñez llegó al País Vasco procedente de Galicia en 1957 y se siente totalmente identificado con el pueblo en el que lleva viviendo la mayor parte de su vida.

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Crecimiento popular

El concejal de Tolosa fue uno de los varios centenares de vascos que en mayo de 1995 decidieron formar parte de las listas del PP para los ayuntamientos de Euskadi. El resultado que obtuvo fue espectacular: de 68 representantes que tenían pasaron a 166. El Partido Popular consiguió presentar candidaturas en aquellas localidades en las que sabían que sus votos se perdían por no lograr reclutar hasta entonces gente para llenar las listas electorales. En las últimas elecciones locales, el PP consiguió en Vizcaya 75 concejales; en Guipúzcoa, 34 ediles, y en Álava, 57. Y en San Sebastián logró situarse como primera fuerza política de la ciudad. Los siete concejales de esa formación en Donostia están en la oposición al no lograr ningún pacto político con el gobierno del tripartito -PSE, PNV y EA-. Jaime Mayor Oreja fue el candidato que obtuvo mayor respaldo de la ciudadanía de San Sebastián. Abandonó su cargo de concejal al ser nombrado ministro del Interior por el presidente, José María Aznar.El PP vasco ha conseguido en los tres últimos años incrementar considerablemente su afiliación. En 1994 contaba con 2.700 militantes y actualmente tiene 4.600, según datos de ese partido. Los asesinatos de Gregorio Ordóñez y de Miguel Ángel Blanco fueron decisivos para que muchos vascos que ocultaban sus afinidades políticas se afiliaran al PP.

En 1995 esa formación política logró 25 procuradores en las Juntas Generales, órganos de control del gobierno. Seis de ellos fueron elegidos en Guipúzcoa, nueve en Vizcaya y diez en Álava. En las últimas elecciones generales, el PP obtuvo votos suficientes en el País Vasco para tener cinco representantes en la Congreso y tres en el Senado.

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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