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Aristaráin gana con 'Martín (Hache)' el Festival de Cine de La Habana

El XIX Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana hizo ayer justicia a Adolfo Aristaráin y a su ya consagrada película Martín (Hache), concediéndole los premios al mejor largometraje de ficción, a la mejor dirección y a la mejor actuación femenina, por el excelente papel de Cecilia Roth. Sin ninguna duda, Martín (Hache) fue lo mejor de todo el certamen, que este año cojeó por el mediano nivel, tirando a bajo, de los 50 largometrajes en concurso. El impostor, de Alejandro Maci, se llevó el segundo premio Coral, y también los premios de fotografía (Ricardo Arnovich) y dirección artística (Emilio Basaldua).

El éxito rotundo de la cinematografía argentina en el XIX Festival de La Habana se completó con el premio a la mejor actuación masculina, que fue para Miguel Ángel Solá, protagonista, junto a Federico Luppi, del filme de Juan José Jusid Bajo bandera, y además con el premio al mejor guión para Aida Bortnik y Marcelo Piñeyro por Cenizas del paraíso, largometraje dirigido por el propio Piñeyro, que, según la crítica, tuvo méritos suficientes para ganar uno de los tres grandes corales. No fue así, y el tercer premio recayó en Pandemonium, la capital del infierno, cinta del venezolano Román Chalbaud que recuerda algo la atmósfera de desolación y marginalidad del cine de Ripstein.El triunfo indiscutido de Martín (Hache) estuvo claro desde el principio del certamen. Fue sin duda la película más sólida que pasó por las pantallas de los cines de La Habana durante los diez días que duró el festival, y también una de las que más aplausos arrancó de un público en su mayoría ajeno a la historia que se cuenta, y que expone de forma magistral cómo el egoísmo y la incomprensión puede hacer daño y acabar con las personas que uno más quiere, inconscientemente. Quizás el único mal sabor de boca que dejaron los jurados, entre los que estaban el escritor uruguayo Mario Benedetti y el editor de Visor Jesús García, fue la falta de reconocimiento a Federico Luppi y Eusebio Poncela, dos pilares de acero en los que se sostiene Martín (Hache).

El mundo de Borges

El impostor fue un buen segundo premio, y así lo reconoció la crítica. Interpretada por Antonio Birabent, Walter Quiroz y Belén Blanco, es una historia que bebe del mundo de Borges y de Bioy Casares y que mezcla realidad y fantasía en una relación amorosa en la que se ven envueltos dos muchachos de la ciudad que viajan al campo.Otros premios menores del festival sí sorprendieron, como el Coral a la mejor ópera prima que fue compartido por la cinta uruguaya Otario y la brasileña Un cielo de estrellas, de Tata Amaral. El corto de ficción Lapide, del también brasileño Paulo Morell, ganó en esta categoría, y el argentino Tristán Bauer se llevó el Coral al mejor documental con Evita una tumba sin paz.

Otro de los directores argentinos que gustan en La Habana y que en el pasado ha obtenido premios corales en el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, Eliseo Sublela (Hombre mirando al sureste y El lado oscuro del corazón), tropezó de nuevo este año, como ya ocurrió en la anterior edición, con Pequeños milagros, poniendo de manifiesto una vez más que la fórmula mágica para conjugar cine y poesía es difícil y agota.

Aunque para algunos críticos y cineastas que asistieron al XIX Festival Internacional de Cine el nivel de esta edición fue sensiblemente inferior al de otros años, lo que estuvo claro para la mayoría es que el certamen habanero sigue teniendo valor en sí, ya que es uno de los pocos espacios que existen para ver y medir el cine, a veces muy bueno y original, que se hace en Latinoamérica.

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