Santer se alía con Francia y niega que la ampliación de la UE sea una "catástrofe"
La cumbre se calienta. El presidente de la Comisión, Jacques Santer, presionó ayer para que el Consejo Europeo de mañana y el sábado fije "orientaciones generales" sobre el paquete financiero y las reformas internas. Aliándose con Francia y en indirecta crítica a España, clamó contra las "supuestas catástrofes presupuestarias que provocaría la ampliación" al Este. Inusualmente enérgico y solemne, el democristiano Santer recordó que la ampliación es "un gran reto" que supone "el fin de la división de Europa", para entrar inmediatamente en harina, en alianza con las propuestas francesas, contrarias a las españolas.Así, mientras Madrid defiende una salida en regata de los once candidatos -aunque no hará de eso un caballo de batalla-, Santer elogió la ampliación a dos velocidades, rechazando que eso excluya a los zagueros. Decirles "la verdad", que van retrasados, "quizá no es agradable, pero es útil y necesario". útil para estimularles a adaptarse y necesario para no engañarles con falsas expectativas. Y denunció a quienes sostienen que el segundo grupo obtendrá menos ayudas "preadhesión" del total previsto, 75.000 millones de ecus: "En porcentaje de PlB" éstos "recibirán un tercio más" que los seis de vanguardia, evaluó.
Mucho más duro estuvo contra quienes objetan el paquete financiero 2000-2006, al considerarlo insuficiente: España calcula que manteniendo el actual techo de recursos propios (el 1,27%) será imposible mantener las actuales políticas de solidaridad interna o estructurales y al tiempo pagar la factura de la ampliación. No quiere aprobarlo salvo que obtenga garantías suficientes en política estructural. "Dejemos de atemorizar a los candidatos, dejemos de darnos miedo a nosotros mismos" con "especulaciones sobre las supuestas catástrofes presupuestarias de la ampliación".
Aunque reiteró que la ampliación "no se hará a coste cero", Santer reputó de "poco consecuente" rechazar la factura, que es "perfectamente razonable". El coste de la ampliación es asumible si se cumplen las hipótesis "prudentes" de la Agenda 2000: un crecimiento económico del 2,5% anual en la Unión y del 4% en los países candidatos. Defendió, en consecuencia, la propuesta lanzada por la Comisión -que París pretende aprobar tal cual en la cumbre de Luxemburgo- de congelar el techo financiero en el actual 1,27% del PIB comunitario.
Pero con las hipótesis de crecimiento formuladas por Bruselas ni siquiera hará falta alcanzarlo en el 2006. Se prevé que baste con el 1,22%, alcanzable incluso con un crecimiento económico menor, en tomo al 2%. Ese margen entre el 1,22% y el 1,27% es lo bastante confortable" para imprevistos.
En consecuencia, Jacques Santer presionó para que el Consejo Europeo apruebe las líneas generales financiera y de reformas internas de su Agenda 2000, que considera "un paquete global". "Sería inconcebible que la cumbre lanzase el proceso de adhesión" sin esas otras indicaciones. Pero se autoconcedió un margen de retirada al reconocer que no pedirá a los Quince "hacerlo todo al mismo tiempo".
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