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CONVENCIÓN SOBRE EL CAMBIO CLIMÁTICO

El discurso de Al Gore decepciona en Kioto

El vicepresidente de EE UU sólo promete "fexibilidad" en las negociaciones

Una cifra aún desconocida anoche -cuánto reducirá Estados Unidos sus emisiones de gases de efecto invernadero- mantuvo ayer en tensión a los representantes de los 160 países y a los miles de participantes en la Conferencia de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático, que se celebra desde la pasada semana en Kioto (Japón) y que terminará mañana, miércoles. El vicepresidente de EE UU, Al Gore, se la guardó para sí y se limitó a anunciar "flexibilidad" en las negociaciones posteriores. Su discurso ante el pleno de la conferencia decepcionó a quienes esperaban un compromiso concreto. Las negociaciones, no obstante, continuaron luego. Y todos esperan una respuesta defínitiva para la mañana de hoy.

"Estamos decepcionados", proclamó la comisaría europea Ritt Bjerregaard, en nombre de la UE. "Ha habido cierta decepción en la sala", describió la ministra española Isabel Tocino.De la propuesta de reducción de EE UU y de la respuesta que le den la UE y Japón depende el resultado de la cumbre.

Un total de 68 delegados subieron ayer a la tribuna de oradores del pleno de la conferencia, entre ellos Tocino, quien defendió la postura de la UE. Recordó la ministra de Medio Ambiente que dentro de un siglo, si no se toman medidas, habrá en la atmósfera más carbono que hace 250 años, y las emanaciones subirán en España un 45% hasta el año 2010. La ministra presentó la posición española en términos de reducción respecto a lo que aumentarían sus emisiones en el 2010 si no se asumiera la propuesta de la UE, sin citar la cifra prevista del 17% de incremento.

Joaquín Nieto, de Comisiones Obreras, que asiste a la cumbre de Kioto como representante de la ONG Confederacion Europea de Sindicatos, comentó después del discurso de Tocino ante el pleno: "La ministra no ha querido pasar la vergüenza de reconocer que España incrementa un 17% sus emisiones. Ha hecho un maquillaje de cifras para camuflar una posición impresentable, en el sentido literal".

Europa propone que en Kioto los países desarrollados, los obligados por la Convención, adopten una reducción de las emisiones de gases del 7,5% en 2005 respecto a los niveles de 1990; y de un 15% en 2010. La UE dejó claro el pasado domingo que los compromisos tienen que ser iguales para EE UU, Europa y Japón.

La cuestión estaba ayer por la mañana, pues, en el tejado de los estadounidenses, según palabras de Tocino, de los que se esperaba una cifra concreta de oferta para negociar.

Tantas eran las expectativas creadas por la visita de Gore, anunciada cuando la cumbre de Kioto ya había empezado, que su discurso defraudó. "El nivel de su retórica no se corresponde con su contenido", dijo Bjrregaard. El vicepresidente de EE UU se salió del discurso escrito sólo en una frase, para decir que tras una conversación telefónica con el presidente Bill Clinton, pocos minutos antes, éste había "dado instrucciones" a su delegación para que tuviera "flexibilidad en la negociación". A la pregunta posterior sobre qué había querido decir con "flexibilidad", respondió: "Ya verán qué significa exactamente".

El vicepresidente de EE UU había repetido en su discurso la conocida propuesta estadounidense -calificada de insuficiente por la UE-, de estabilizar las emisiones en el año 2012 a los niveles de 1990, lo que Gore calificó de reducción si se comparase con lo que emitiría EE UU en caso de no tomar ninguna medida.

Previamente, en los discursos de honor ante el pleno, se habían dirigido a los delegados el presidente de Costa Rica, José María Figueres; el presidente de la República de Nauru, Kinza Clodumar, y el primer ministro japonés, Riutaru Hashimoto, quien defendió la necesidad de alcanzar objetivos de reducción de emisiones "justos, realistas y obligatorios". No fue Hashimoto el único en afirmar que las políticas de reducción de emisiones no tendrán repercusión negativa en la economía sino al contrario: se impulsarán nuevas tecnologías, innovación, inversiones, y demanda.

El papel de China

Uno de los países que menos protagonismo ha querido asumir en la cumbre de Kioto es China, pese a que muchas miradas se dirigen hacia ella: se trata del segundo país del mundo por volumen absoluto de emisiones de gases de efecto invernadero, aunque con una tasa per cápita muy baja, y puede ser el primer país emisor en el 2010, el plazo que los países desarrollados se quieren dar para reducir sus emisiones.China no desea comprometerse ahora en esta tarea, una vez que ha apostado por una idustrialización intensa con fuerte consumo energético.

Rusia, por su parte, cuyas emisiones han caído en picado con su crisis económica, está a favor de una resolución que prevea niveles diferentes de reducción de emisiones para los países industrializados y que permita la compraventa entre países de cuotas de emisión. Estados Unidos sería el primer cliente de las cuotas rusas, así como de otros países del este de Europa.

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