El 'Lutero iraní' niega el derecho divino del clero al poder
El intelectual más crítico de Irán advirtió el domingo que los adversarios en el clero del nuevo presidente, Mohamed Jatamí, están decididos a derrocarle. El profesor Abdol Karim Soroush criticó a Jatamí por su indecisión y le instó a salir en defensa de los derechos humanos y la libertad académica.Nadie sabe quién bautizó a Soroush como el Lutero iraní, pero cuando este profesor de Ética, de 52 años, corría por la Academia de Filosofía de Teherán el pasado domingo casi se podía imaginarle clavando sus tesis en una gruesa puerta de madera. El clero, afirma este profesor, no disfruta de un derecho divino para gobernar. No está por encima de la crítica. Soroush quiere democracia, derechos humanos y libertad académica.
Hace sólo un mes, partidarios del Ansar el Hezbolá (el Partido de Dios) le impidieron pronunciar un discurso en Teherán, le insultaron y zarandearon su coche. "Pude escapar y ofrecer más tarde el discurso por teléfono", explica con un una sonrisa nerviosa. "Mi voz fue retransmitida por altavoces. Fue toda una innovación. Puede que incluso prohíban que haga lo mismo la próxima vez".
Soroush no tiene pinta de mártir. Es un hombre pequeño, con barba, gafas oscuras y poco pelo. Licenciado por la Universidad de Londres, donde estudió Filosofía de la Ciencia, habla como una ametralladora -casi nunca toma aliento para recargar- y emplea un tono de voz que combina la pasión y la frustración a partes iguales. Está convencido de que los enemigos del presidente Jatamí -los clérigos conservadores derrotados en las elecciones del pasado mayo, que se han agrupado en torno al ayatolá Alí Jamenei, el líder supremo de la República Islámica- esperan un brote de violencia para derribarle.
El pecado de Soroush ha sido cuestionar el velayat el faqih -el "liderazgo de los sabios", que proporciona a Jamenei tanto poder en Irán, pese a no haber sido elegido- y haber demandado una sociedad de derechos y no de deberes. No resulta sorprendente que ahora se le prohíba dar clases en la Universidad ni que a los periódicos se les impida recoger sus palabras. "A veces tienen el valor de publicar mi nombre", relata. Se le ha retirado temporalmente el pasaporte, y aún no sabe si podrá viajar a Londres para pronunciar una conferencia el año entrante.
Mientras el mundo cree que el liberal y distinguido académico Jatamí, un viejo amigo de Soroush, está construyendo un nuevo Irán, el profesor Soroush no comparte ese optimismo. Observa con alarma los ataques vitriólicos que sufre el ayatolá Hosein Montazeri, el patrocinador electoral de Jatamí, que el mes pasado se atrevió a acusar a Jamenei de establecer un Gobierno paralelo y no elegido.
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