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El peso de las rentas del trabajo en el IRPF sigue creciendo y llega al 80,81% de lo declarado este año

El impuesto sobre la renta recae, cada vez más, en las derivadas del trabajo. Según datos correspondientes al ejercicio de 1996, declarados en junio de 1997, la renta de los asalariados ha supuesto el 80,81% del total, 0,64 puntos más que el año anterior. Por el contrario, las rentas de profesionales y empresarios han bajado su participación (un 0,02% y un 0,60% respectivamente). El 80% de los que declararon este impuesto lo hicieron por rentas inferiores a tres millones de pesetas y sólo se presentaron 12.891 por ganancias superiores a 25 millones de pesetas.

Estos datos corresponden a un primer muestreo efectuado por la Agencia Tributaria con las declaraciones presentadas en junio de este año correspondientes al ejercicio de 1996, cuyo margen de error es del 1%. Se trata de los datos más recientes, no publicados hasta ahora, que servirán de base para el debate sobre la reforma del IRPF que el Ministerio de Hacienda se propone iniciar con el año nuevo.Se trata también de la primera declaración plenamente gestionada por el Gobierno de José Mara Aznar, que, de acuerdo con este primer sondeo, se ha saldado con peores resultados que la anterior. Aunque el número de declaraciones ha aumentado respecto a las presentadas un año antes (un 3,29%) y la renta declarada también ha crecido (un 5,85%) la cantidad a ingresar ha bajado un 0,62%, mientras que las devoluciones han aumentado un 12,41%.

Los datos reflejan el primero de los problemas que plantea el impuesto sobre la renta. Los contribuyentes adelantan a Hacienda cada año una cantidad mayor mediante las retenciones y deben esperar hasta 12 meses las devoluciones para saldar la cuenta. Este sistema implica un elevado coste de gestión para el aparato administrativo de Hacienda y un coste financiero para el contribuyente.

El segundo de los defectos del impuesto es que recae, sobre todo y cada vez más, en los asalariados. El número de contribuyentes con rentas del trabajo ha ascendido a 12,4 millones en esta última campaña, frente a un total de 14,4. El resto son profesionales y empresarios. Por ello, otra de las críticas que se hace al impuesto es que se nutre sobre todo de las nóminas; es decir, de quienes no tienen escapatoria.

Si se atiende a la renta declarada (base liquidable, es decir, los ingresos que se declaran una vez descontadas las desgravaciones que se aplican en la base imponible, aportaciones a planes de pensiones e intereses por compra de vivienda), la situación es la misma. Este año, las rentas del trabajo han supuesto el 80,81% de lo declarado, frente al 80,17% del año anterior. Empresarios y profesionales han declarado el 8,62% y el 3,39% del total y, en ambos casos, con menos participación que el año anterior.

Hay que tener en cuenta, sin embargo, que puede haber salarios muy altos -por ejemplo, la retribución del director general de una empresa- y que también hay empresarios autónomos que ganan lo que se podría equiparar con un sueldo medio. Por ello, el debate sobre la reforma del IRPF se centrará especialmente en a quién beneficiará la rebaja de la tarifa del IRPF que se proyecta y que supondrá cerrar el abanico actual para establecer un tipo mínimo del 20% (igual que ahora), uno intermedio del 30% y uno máximo del 40% (ahora el 56%).

Menos de tres millones

Los resultados de este año indican que la gran mayoría de los contribuyentes de renta (el 80%) está en niveles inferiores a tres millones de pesetas (base liquidable), con un tipo impositivo en la tarifa de hasta el 29%. A partir de 10 millones de pesetas, hay apenas 127.000 contribuyentes, y a estos son a quienes beneficiaría claramente la rebaja del tipo máximo actual del 56%.Hay que tener también en cuenta que una cosa es el tipo impositivo que figura en la tarifa y otra el que realmente se paga a Hacienda, es decir el tipo efectivo. Para determinar este último entran en juego las deducciones que se practican en la cuota del impuesto, que la reforma que prepara Hacienda probablemente reducirá. Éste es un campo minado ya que las deducciones benefician proporcionalmente más a las rentas más bajas y, en especial, a las del trabajo.

[Por otra parte, fuentes del Ministerio de Economía y Hacienda informaron ayer, según Europa Press, que la deuda fiscal instruida por la Agencia Tributaria aumentó un 23,5% en los diez primeros meses del año respecto al mismo periodo del año anterior y se situó en 403.757 millones. Las mismas fuentes señalaron que para todo el año, Hacienda espera recaudar por deuda fiscal liquidada un total de 565.000 millones, un 16% más que en 1996].

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