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LA MONUMENTAL DE MÉXICO

Vence la simpatía

La simpatía arrolladora de Eloy Cavazos que, haga lo que haga, convence a sus seguidores, contrastó con la seriedad de Vicente Barrera, cuya labor no fue debidamente aquilatada por las galerías.Pese a que a Barrera le tocó el peor lote mostró el auténtico arte del toreo. Al tardo enemigo de su confirmación, lo ejecutó finas verónicas. Su estructurada faena la inició con bellos estatuarios y la terminó con ajustadas manoletinas. Con temple plasmó series de redondos. La sobriedad y poderío de su muleta afloró en sus tandas de naturales.

Como el sexto daba arreones, el valenciano estuvo lidiador. A base de doblones y con tesón hizo que la res acudiera al engaño. Plantó los pies en el anillo y ligó soberbios derechazos. Con exquisitez trazó tandas de naturales, pero perdió el trofeo por fallar con la espada.

Zarco / Cavazos, Olmo, Barrera

Toros de Arroyo Zarco chicos impresentables excepto 5º, débiles, descastados; 2º y 4º dóciles; 3º devuelto por cojo. Eloy Cavazos: estocada tendida (dos orejas con división); estocada caída (dos orejas protestadas). Mario del Olmo: media caída -aviso- y descabello (ovación y salida al tercio); estocada (oreja). Vicente Barrera, que confirmó alternativa: media (oreja); dos pinchazos y estocada (ovación). Monumental Plaza México, 7 de diciembre. Casi tres cuartos de entrada.

Cavazos prescinde de las normas fundamentales del toreo y los recursos que utiliza equivocan a sus seguidores. De la fijeza del segundo, el regiomontano se aprovechó citando con el pico y dio innumerables remedos de pases. Al terminar la vuelta al ruedo la afición le dedicó una sonora rechifla.

El fólclórico desempeño de Cavazos con el dócil cuarto estuvo plagado de pasos indecisos y giros de baile en la cara del burel, que eran vitoreados por sus admiradores pero protestados por los aficionados.

En el enjundioso quehacer de Mario del Olmo hubo ritmo y temple pero al iniciar una vitolina fue arrollado aparatosamente. Hecho un jabato y aunque la fiera desarrolló sentido, prosiguió su labor a pesar de tener un puntazo en el escroto.

Al final de su faena al manso y genioso quinto, el diestro de Tlaxcala realizó un toreo de buen gusto con emotivas y plásticas series de derechazos.

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