Claudio Fabi cierra una gira benéfica contra la drogadicción en menores
El pianista dará un último concierto el día 12 en Madrid
El pianista Claudio Fabi ofrecerá, el próximo viernes 12 de diciembre, en el Palacio de Congresos de Madrid, un recital con obras de Mozart, Chopin, Grieg, Rossini y Gershwin, que pone punto final a una gira de un año por todo el territorio español, organizada por Proyecto XXI, Unicef y Asociación Proyecto Hombre, a fin de recaudar fondos para la lucha contra la drogadicción en menores. El intérprete italiano manifiesta sentirse "tocado" y "conmovido" por la experiencia humana que ha vivido.
"La actividad musical siempre es gratificante, pero puesta al servicio de un problema humano tan duro como el de la drogadicción en menores lo es aún mucho más", afirma Fabi. "La toma de contacto con esta realidad, bien a través de encuentros con los chicos en los centros de acogida o recuperación, o bien a través del diálogo con padres y terapeutas, me ha descubierto un mundo que hasta ahora ignoraba en su dimensión profunda y dolorosa. He encontrado dramas personales escalofriantes. La mayoría de la gente normal no conoce la verdadera magnitud de estos problemas. Es algo así como la idea que se tiene de la muerte fuera de los hospitales"."La música es uno de los campos artísticos que mejor pueden conectar con los sentimientos de un alma en dificultades", continúa diciendo el pianista italiano, al mismo tiempo que destaca la terapia del cuerpo y de la mente, o el consuelo que la música puede transmitir. En diciembre de 1996 comenzó en Madrid una aventura que le ha dejado "marcado". Tenía previsto un año sabático para dedicarse a componer y, de repente, se vio metido en una gira benéfica que le ha llevado de Granada a Toledo, de Las Palmas de Gran Canaria a Santiago de Compostela, de Sevilla a León, de Bilbao a Valencia, de Almería a Ceuta. Treinta y tres ciudades a lo largo y ancho de la geografía española, excepto Cataluña, han acogido un enfoque en que la música se muestra solidaria. "El programa que he llevado por estos lugares ha sido accesible, amable, atendiendo más a las emociones del corazón que a las exigencias de los entendidos, sabiendo que iba a asistir a mis actuaciones un público que en muchas ocasiones no es habitual de las salas de concierto. Por ello pensé en un Rossini divertido y alegre, en un Gershwin popular, o dentro de la tradición clásico-romántica, en autores como Mozart, Brahms o Chopin, con una fuerte componente melódica y emotiva".
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