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"Sería bueno una política más imaginativa con Cuba"

La Fundación Hispano Cubana (FHC), que celebró ayer su primer aniversario, quiere desarrollar más su perfil de institución dedicada a la ayuda humanitaria y a la defensa de los derechos humanos que de frente político anticastrista. El Patronato de la fundación anunció, con motivo de su aniversario, la concesión a Sebastián Arcos -disidente cubano exilado en Miami con la salud gravemente quebrantada tras su paso por las cárceles cubanas- del Primer Premio Internacional de Derechos Humanos de la FHC, en reconocimiento a toda una vida de lucha en la defensa de las derechos humanos. Guillermo Gortázar, secretario general de la fundación, afirmó estar en favor de iniciar políticas "más imaginativas" respecto a Cuba, que sirvan de auxilio a los sufrimientos que padece la población cubana.José Basulto, presidente de Hermanos al Rescate; Helena Cruz Varela, poetisa; Diego Suárez, de la Fundación Cubano Americana; Alberto Recarte, presidente de la fundación y Alina Fernández, hija de Fidel Castro, fueron algunas de las personalidades que participaron en el acto celebrado en el museo Romántico de Madrid con motivo del primer aniversario de la institución.

Gortázar, diputado del PP y principal animador de la fundación, se mostró satisfecho por el balance de lo realizado en este primer año en el que la FHC ha desplegado una importante ayuda a los presos políticos en Cuba -canalizando dinero para sus familias-, aportando material e información a intelectuales disidentes y a los grupos de defensa de los derechos humanos y auxiliando en España a las personas que buscan refugio político o ayudando a la reunión de familiares separados por la emigración o el exilio.

La fundación tiene a cuatro de sus patrones en el interior de Cuba y uno de ellos en la cárcel. Se trata de Félix Bonne, autor del documento La patria es de todos; y los otros son Gustavo Arcos, Elizarso Sánchez y Raúl Rivero, todos ellos conocidos disidentes que han pasado largas temporadas en prisión por su oposición al régimen.

La fundación se ha financiado, afirma Gortázar, con un presupuesto de 48 millones de pesetas y sin una peseta de subvención oficial. Edita un boletín mensual que se hace llegar a Cuba donde circula en medios de la oposición. Patrones y amigos de la fundación corren con los gastos que se dedican, además, a actividades culturales para difundir la "realidad cubana en España".

Gortázar rechaza que la fundación quieran influir o interferir en las relaciones entre España y Cuba por la sencilla razón de que están en un "acuerdo total" con la política del Gobierno del PP respecto a Cuba. "Creo que a nuestro juicio podía llegar el momento en que, una vez demostrado que no nos gusta la dictadura de Fidel Castro, tomáramos iniciativas más imaginativas dentro de Cuba. Soy partidario de que se nombre embajador, aunque el momento lo tiene que decidir el Gobierno en función de las negociaciones que estén llevando". La salida de la fundación, antes de su muerte, del líder del exilio cubano, Jorge Más Canosa o de Carlos Alberto Montaner de la Unión Liberal, no atenuaron las críticas de Izquierda Unida a la FHC, que ha llegado a pedir que sea declarada ilegal. Gortázar afirma no entender esas críticas, que no atribuye a IU, sino "al sector más estalinista que permanece en el PCE".

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