La OTAN aprueba su nueva estructura militar
Los ministros de Defensa de la Alianza Atlántica aprobaron ayer -tras dos años de discusión y bloqueos- la nueva estructura militar integrada de la organización, a la que España ya puede adherirse. El acuerdo fue posible porque el Reino Unido retiró, sin condiciones y en el último minuto, las dos reservas que había planteado por el contencioso de Gibraltar. Esta discusión proseguirá a partir de ahora bilateralmente, entre los Gobiernos de Londres y Madrid, tal y como pretendía España, que logra así su objetivo de no contaminar la Alianza con el Peñón. Pero persiste una advertencia británica de que se reserva la capacidad de bloqueo a la hora de llenar de poner en marcha la estructura de mandos.
El acuerdo que finiquitó el pasado lunes la disputa entre Grecia y Turquía actuó como detonante, porque dejó aislado al Reino Unido bloqueando la histórica reforma militar y por ende, la ampliación al Este. Ayudaron también las presiones, discretísimas, de algunos aliados sobre Londres, como la del alemán Volker Ruhe.Así, en la cena de anteanoche, el británico, George Robertson, anunció a bocajarro a su colega español, Eduardo Serra, que estaba dispuesto a levantar sus dos reservas: sobre la desaparición del cuartel de Gibraltar (que como todos los de cuarto nivel, se debe suprimir) y sobre el establecimiento de un mando subregional en España. La iniciativa británica cogió a todos "por sorpresa", coincidieron las distintas fuentes.
Acordaron, junto al secretario general, Javier Solana, convocar para el mediodía siguiente al Comité Militar, que aprobó sin más la nueva estructura, toda vez que la reserva francesa -por considerarla escasamente europeísta- se anulaba automáticamente al levantarse las británicas. Su presidente, el general Klaus Naumann anunció el acuerdo "sin ningún tipo de reservas" a primera hora de la tarde. Es "espléndido", añadió. Robertson reconoció "muchos progresos" y Ruhe dio la bienvenida en la nueva estructura a España. "No entraremos, pero seremos constructivos", anunció el francés Alan Richard. Serra aplaudió la decisión, "que permite la participación plena de España".
Londres levantó sus reservas "sin ningún gesto de contraprestación", añadió el ministro español a la prensa. "España asegura que no ha hecho concesiones, el Reino Unido también, así pues, nadie ha hecho concesiones", apostilló Robertson. Pero fue el Gobierno y la diplomacia españoles quienes se llevaron el gato al agua. "Al final ha prosperado la tesis de que Gibraltar es un contencioso bilateral y que la estructura militar es un asunto de interés común; nos congratulamos de que el Reino Unido haya comprendido la posición española", subrayó Serra.
¿Por qué cedió Londres, sin contrapartidas? Los observadores coincidieron: porque se quedó sola en el bloqueo; porque los argumentos españoles convencían a los aliados; porque rezagarse respecto de Turquía era una mancha; porque era más digerible ante su opinión enmendar la amenaza de veto del secretario del Foreign Office durante la cumbre de Madrid, el pasado julio, en un marco multilateral que tras entrevistas bilaterales; porque era incoherente vetar una reforma (agilizar la estructura, adaptarla al siglo XXI) que tanto ha propugnado; y porque aún estaba a tiempo de no pagar el coste político de la insolidaridad.
Y también porque se guarda un arma: el bloqueo a la puesta en marcha de esa estructura de mandos, que debe culminarse en los próximos doce meses, fijando qué militares ocupan los puestos, de qué nacionalidad son, cada cuándo rotan y con qué recursos cuentan: "El Reino Unido se reserva la posibilidad de bloquear la implementación si no se alcanzan acuerdos adecuados" a nivel bilateral, reiteró a la prensa por tres veces Robertson.
Precedente histórico
Esa amenaza tiene un precedente histórico: el bloqueo por Turquía del cuartel general griego de Larissa, previsto desde 1991 y aún hoy vacío de fuerzas y huero de dotación financiera. Pero quizá obedezca a un imperativo de consumo interno, porque ocurre que los otros también pueden bloquear. "Lo importante es que las autoridades militares pueden desde hoy planificar sobre la base de lo acordado", destacó Solana, recordando que pese a todas las dificultades la Alianza "siempre llega al consenso".El ministro Serra recordó que siguen firmes las restricciones españolas al tráfico aéreo de y hacia Gibraltar. Aseguró que la integración en la estructura militar común no las invalida. E hizo votos para una solución bilateral del contencioso. "Hemos creado un nuevo clima de cordialidad entre España y el Reino Unido", certificó su colega británico, esperando "conseguir", en contrapartida, "a corto plazo" un "buen acuerdo" bilateral sobre Gibraltar. Acuerdo que excluiría el uso conjunto del aeropuerto, contra lo que propone Madrid como condición para levantar las restricciones aéreas. La Roca sigue siendo una china en el zapato, pero ya no en el de la OTAN.
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