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Chile prospera sin irritar a los militares

El país suramericano reduce la pobreza y consolida su modelo económico

Juan Jesús Aznárez

ENVIADO ESPECIALA debate todo lo demás, son indiscutibles en Chile la santidad del padre Hurtado, la centolla, Zamorano y Salas en la selección nacional de fútbol, la eternidad del general Augusto Pinochet y los grandes éxitos de la macroeconomía nacional.

Las reservas en dólares del Banco Central equivalen a la cuarta parte del producto interior bruto (PIB), pueden financiar más de un año de importaciones, y aun convirtiendo a dólares la masa monetaria en circulación sobrarían los depósitos en divisas para impedir una devaluación notable del peso.

La concertación gubernamental -Democracia Cristiana (DC), el Partido Socialista (PS) y el Partido Por la Democracia (PPD)- ha sido conciliadora con los generales, pues no encontró fórmula mejor para acercarse a una democracia plena, todavía inexistente. "Enjuiciar a la Junta Militar (1973-1990) pondría en riesgo la transición", advierte el ministro de Relaciones Exteriores, José Miguel Insulza.

No quieren arriesgarla ni la oposición ni tampoco la mayoría de las agrupaciones ciudadanas de un país con un comportamiento social marcadamente conservador, y un alto grado de primitivismo cultural en cuanto a la tolerancia de lo diverso, según Francisco Estévez, director de la Fundación Ideas. Lo cierto es que la estabilidad económica y política vigente desde hace ocho años, pese a las limitaciones impuestas por las carencias del sistema productivo y la procastrense Constitución de 1980, consiguió reducir la pobreza.

Según datos oficiales, discutidos por el sindicalismo, 3,3 millones de los 14,5 millones de chilenos la sufren todavía, pero el índice ha disminuido en aproximadamete un 40%. Las estadísticas de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen) constatan que 4 92.000 personas abandonaron la pobreza y otras 220.000 la indigencia en el bienio 1994-1996. -

"Los resultados son notables en comparación con cualquier otro país de América Latina", destaca el ministro de Planificación, Roberto Pizarro. Notable es también la injusta distribución de las ganancias, asume la documentación de Casen. En 1996, el 20% más rico devengó el 57,2% de la riqueza generada, y el 20% araña el 4,3%. El paro, situado en un 5,8%, castiga más a los hogares de menores ingresos. El presidente, Eduardo Frei, parece decidido a acelerar la lucha contra la lacra y prometió dedicar el 72% de los 20.000 millones de dólares (casi 3 billones de pesetas) de recaudación impositiva prevista en 1988 a la educación, salud, protección de los jubilados y los más pobres.Pese a las reclamaciones salariales de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), y a los gritos de la pasada semama en una manifestación de huelguistas hacia el palacio de La Moneda -"la dictadura del Gobierno y los empresarios están dejando al país como la mugre"-, Chile prospera.

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El país del Cono Sur creció a un ritmo de siete puntos en los últimos tres ejercicios, y la deuda externa total, 25.000 millones de dólares, representa como mucho el 30% del PIB, cuando en 1986 representaba en 110%.

Esta nación sureña avanza acompañada por las Fuerzas Armadas, tiznadas de corcho quemado a veces para disuadir al poder civil de acciones en su contra. "Podernos repetir el hecho" (el golpe de 1973 contra Salvador Allende), se jactaba el pasado año el general Augusto Pinochet, a cuyo régimen numerosos empresarios atribuyen el andamiaje de la presente bonanza macroeconómica.

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