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Lionel Jospin toma las riendas de los socialistas franceses tras 'enterrar' el legado de Mitterrand

Los socialistas franceses inauguraron ayer en rest un congreso que debe suponer el entierro definitivo del mitterrandismo y entronizar Lionel Jospin como el líder de una nueva tapa de progresiva traslación a la socialdemocracia. La generación Jospin y el estilo Jospin han tomado definitivamente las riendas de un partido en el que las tradicionales corrientes del posmitterrandismo articuladas en torno a figuras como Michel Rocard, Laurent Fabius o Pierre Mauroy ceden ante el empuje triunfante del primer ministro francés. A mayor gloria del todavía primer secretario del Partido Socialista (PS) francés, las encuestas más recientes acreditan que su labor política merece la confianza del 61% de los franceses.

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Fiel a su estilo, ahora que propugna la limitación del cúmulo de mandatos, Jospin traspasará mañana su cargo de primer secretario del PS a un hombre de aparato como él, François Hollande, que acredita algunas de sus cualidades políticas. El primer ministro se asegura así el apoyo total de su partido al Ejecutivo que preside e instaura una etapa renovadora, iniciada ya meses atrás con la entrada en el Gobierno socialista de un buen número de ministros ' varios de ellos mujeres, no adscritos a corriente alguna y ajenos al mundo de la política profesional.La relajación de los rostros, el optimismo y el buen humor reinante entre los 1.200 delegados del PS congregados ayer tarde en el Parque de Exposiciones de Brest corroboraban el "estado de gracia" de un partido que gobierna desahogadamente y que se sabe protagonista preferente del debate europeo. Ni la velada crítica al proyecto de ley de las 35 horas semanales vertida por el presidente de la República, Jacques Chirac, precisamente en la Cumbre sobre el Empleo de Luxemburgo, ni los gritos de un millar de manifestantes congregados durante una hora a las puertas del congreso lograron enturbiar la distendida atmósfera de esta primera jornada.

En línea con su estilo habitual, Hollande, viceprimer secretario del PS, salió a dialogar bajo la lluvia con los manifestantes trabajadores afectados por la reducción de actividad en las industrias militares, y posteriormente, recibió a una comisión sindical. "Ya sabíamos que tenéis problemas de empleo en Brest, pero ya que celebramos aquí nuestro congreso vamos a aprovechar para informarnos mejor", fue la habilidosa respuesta a los agitados manifestantes del futuro secretario general del PS.

El riesgo de que el congreso quedara marcado por las imágenes conflictivas protagonizadas por los trabajadores de los arsenales militares ha planeado durante muchas semanas en la dirección socialista, hasta el punto de hacer peligrar la cita de Brest. "No estoy dispuesto a acudir al congreso de mi partido escoltado por filas de CRS [policías antidisturbios]', advirtió tiempo atrás Jospin. Desde entonces, los socialistas locales se han aplicado con celo a la tarea de atemperar los ánimos sindicales. Hoy, el ministro de Defensa recibirá igualmente a una comisión sindical.

Hotel flotante

La tradición socialista de realizar los congresos en aquellas ciudades en las que el partido se ha distinguido por sus éxitos es tuvo también a punto de quebrarse a causa de la débil infraestructura hotelera de Brest, incapaz de alojar a las 5.000 personas esperadas. La idea de alquilar un transbordador como hotel flotante ha solventado el problema para 600 o 700 delegados, si bien muchos periodistas pernoctan en hoteles situados hasta a 60 kilómetros de la ciudad..A la espera del resultado final de la Cumbre europea sobre el Empleo, una cuestión que puede animar considerablemente los debates, la aprobación de la ponencia oficial puede darse por consumada. La línea marcada por Jospin y sostenida por Hollande tiene el apoyo del 84% de las federaciones socialistas y de las corrientes tradicionales del partido. Sólo Izquierda Socialista, con el 10% de los apoyos, garantiza una cierta discusión, preferentemente sobre aquellas cuestiones como la política de inmigración, las privatizaciones parciales de grandes empresas públicas o la asunción de los criterios de Maastricht que suscitan la discordia entre las filas socialistas.

Ante la ausencia, obligada por la cumbre de Luxemburgo, del todavía secretario general del PS, Hollande recibió a las delegaciones extranjeras y a las personalidades invitadas. Por primera vez desde 1920, el Partido Comunista Francés estuvo representado ayer en el congreso socialista por su secretario general, Robert Hue.

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