_
_
_
_

El barrio parisiense de Saint Germain inspira un disco de jazz existencialista

Iggy Pop, Debbie Harry y Jane Birkin cantan canciones míticas

Jazz a Saint Germain es el título de un insólito disco que reúne a Françoise Hardy con Iggy Pop, a Debbie Harry y Dee Dee Bridgewater, a Patricia Kaas y Jane Birkin, a Boris Vian con Brigitte Fon taine. Como el Paris de McLaren, el disco rezuma nostalgia, aprovecha la evocación del pasado para proyectarse hacia el futuro. El disco se presentó ayer en el Flore, mítico café en el que se sentaron todos los artitas que han vivido o pasado por París.

Una fanfarria acogía a los invitados que luego pudieron escuchar en directo a Catherine Ringer, la musa de los Rita Mitsouko, a los Nubians y a China, la hija de Dee Dee Bridgewater que se atreve con el Lover man inmortalizado por Billie Holiday. "Tengo poca voz y problemas respiratorio?, confiesa con sinceridad desarmante esa extraña y encantadora adolescente canosa que sigue siendo Françoise Hardy: "Por eso evito cantar en directo. Lo que canto a dúo con Iggy Pop ha sido grabado antes unas 150 veces, entre ellas por Frank Sinatra o Bing Crosby. Nuestra versión de I´ll be seeing you es más rockera que jazzística"."Nací demasiado tarde para conocer el Saint Germain de los años 40 o primeros 50", explica Françoise Hardy, "pero me impresiona saber que vivo orilla de uno de los domicilios de Simone de Beauvoir. Imaginar que por la misma calle que tú pisas andaba, veinte, treinta o cincuenta años atrás, una persona que admiras te hace ver el barrio con otros ojos".

La cantante recuerda su primer encuentro con Iggy Pop en París, en su casa. "Le invité a cenar. No soy buena cocinera pero quería hablar tranquilamente y mientras lo hacíamos sonaba un disco de Stan Getz. ¡lggy no conocía su música! Eso me sorprendió pero luego, recordando mi juventud, me di cuenta de que a mí no me gustaban Sinatra y Montand mientras que a mi novio de entonces sí. Para mí la música comenzó en el rock. Ahora, cuando escucho a Crosby o Sinatra cantar I'll be seeing you me emociono".

Jane Birkin canta en Jazz a Saint Germain una balada nostálgica: "En su día mi madre la grabó. Luego yo, acompañada al piano por Jimmy Rowles, también lo hice de una tirada para la película de Bertrand Tavernier Daddy Nostalgie". Entre Birkin y Hardy existe admiración y amistad. La segunda cuenta: "He compuesto una canción para Jane", y ese gesto sí le parece que entra dentro del espíritu que podía existir cuando Duke Ellington tocaba el piano en el Tabou. "El Saint Germain de entonces te permitía eso, cruzarte con toda esa gente. La primera vez que fui a Nueva York entré en un café de Greenwich Village y allí, sin que nadie le prestase especial atención, estaba Miles Davis tocando. Para mí, que tenía discos suyos y le admiraba, era extraordinario lo que me sucedía y eso es lo que vivió mi madre en Saint Germain, pues ella tenía edad de ir al Tabou, al Rose Rouge y bailar al son de Django Reinhardt. Hay muchas historias de esa época preciosas".

"Por ejemplo", cuenta, "un jovencísimo Alain Delon, desconocido, descubre en el Flore el rostro de una chica que le fascina. Se sienta a su lado, hablan, a él ella le parece la mujer más guapa qué nunca ha visto. Cuando ella dice que ya va siendo hora de irse DeIon descubre que la chica es paralítica. La lleva en brazos al coche que ha venido a buscarla. Luego vivieron una gran historia de amor y amistad".

Se denuncia que el Saint Germain que se evoca en el disco está siendo destruido por tiendas de lujo. El antiguo Drugstore es hoy una enorme tienda de Armani, la librería Le Divan se ha dejado invadir por Dior, Louis Vuitton se ha instalado frente a la iglesia.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_