Tocino propone invertir nueve billones para reformar la Ley de Aguas

De poco más de cuatro días han dispuesto los consejeros permanentes del Consejo Nacional del Agua para estudiarse el informe que el Ministerio de Medio Ambiente planteará hoy a debate sobre la reforma de la Ley de Aguas y los Planes Hidrológicos de cuenca. Según el ministerio, la suma de inversiones. para cada cuenca arroja casi nueve billones de pesetas, exactamente 8.7794.210 millones para un periodo de 20 años; o sea 440.000 millones al año.

En los presupuestos de años atrás las anualidades no han superado nunca los 200.000 millones en inversiones para aguas y, dadas las restricciones, difícilmente saldrán las cuentas. Pese a ello, el ministerio propondrá hoy a la comisión permanente del Consejo Nacional del Agua dar luz verde para que el Consejo de Ministros los apruebe. "No se encuentran razones de peso que impidan al Gobierno proceder a la aprobación de los Planes, y este Consejo Nacional del Agua sugiere al Gobierno actuar en tal sentido", dice en su informe.

Se plantea qué parte de los 8 kilos de documentos sobre los planes de cuenca tendrán caracter de decreto ley, de norma de obligado cumplimiento, habida cuenta que el Plan Hidrológico con rango de ley está en mantillas por decisión política del Partido Popular.

Antes de llegar a este dilema el propio informe desvela las incongruencias y heterogeneidad que presentan cada uno de los planes. Unos se aprobaron en 1994 y otros lo han sido este año. No recogen en algún caso el gravísimo impacto de la sequía del último lustro.

Más hectáreas de regadío

Tampoco queda definido el ámbito territorial de los acuíferos. El perfil de sus límites no se corresponde con el de las cuencas hidrográficas y se dan casos de que alguno de ellos se sume dos veces.La propia redacción de los planes es heterogénea. No están homologados sus esquemas. Y si se toman en cuenta los recursos disponibles frente a las demandas de aquí a veinte años, "sorprendentemente" todas las cuencas, salvo la del Guadiana II, son deficitarias. Harían falta 3.270 hectómetros cúbicos anuales adicionales a los recursos actuales para satisfacer esas demandas no atendidas.

La mayoría -el 65%- se localiza en dos de las cuencas más importantes de la península, el Ebro y Duero, en función de las expectativas de crear 1.191.000 hectáreas de nuevos regadíos.

Hace mención el informe a la escasa referencia de los planes a la titularidad del uso de las aguas, la mayoría en manos privadas y que consideran los caudales ecológicos como un uso más, como si se tratara de un uso industrial o de abastecimientos. Y sobre la prioridad de usos, que viene claramente especificada en la Ley de Aguas, llama la atención de dos casos. En el plan del Júcar se otorga preferencia de uso a la refrigeración de la central nuclear de Cofrentes sobre los regadíos y en la del Sur también quedan por delante de los regadíos los usos industriales del Campo de Gibraltar.