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Rusia anuncia un acuerdo con Irak para resolver la crisis de los inspectores de forma pacífica

Las conversaciones entre el presidente ruso, Borís Yeltsin, y el viceprimer ministro iraquí, Tarek Aziz, culminaron ayer en Moscú con la aceptación por parte de Bagdad de un plan ruso que contempla la solución pacífica a la crisis desatada por la expulsión de los inspectores estadounidenses de la ONU ordenada por Irak. El ministro de Exteriores del Kremlin, Yevgueni Primakov, quien dio ayer la noticia al informar sobre las conversaciones con Tarek Aziz, se reunirá en Ginebra (quizás hoy o mañana) con sus homólogos de EE UU, Francia y Reino Unido para discutir el mencionado plan.

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"Borís Yeltsin envió hace varios días un mensaje a Sadam Husein. En este mensaje se delineaba un plan para salir por medios pacíficos de la crisis política surgida en tomo a Irak. El plan estaba bastante bien pensado, por lo que las autoridades iraquíes no podían dejar de reaccionar a él. Esta mañana [por ayer] Tarek Aziz llegó a Moscú con la respuesta al mensaje" del presidente Yeltsin, explicó Primakov en unas declaraciones a la televisión rusa.El plan de Yeltsin "sirvió de base" a las "serias conversaciones" sostenidas en la capital rusa con Aziz. El resultado de estas negociaciones ha sido, según Primakov, la elaboración de "un programa específico", que, en opinión del Kremlin, "permite evitar una confrontación militar y el uso de métodos de fuerza y avanzar hacia la solución de esta crisis".

Como parte de este plan, Bagdad debe cumplir Ias correspondientes resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU" y debe "continuar el trabajo con la Comisión Especial" para el desarme de Irak, puntualizó el ministro de Exteriores ruso.

Yeltsin encargó a Primakov que "siguiera detenidamente el desarrollo de la situación, y no de una manera pasiva, sino participando activamente en el curso de los acontecimientos". Concretamente, le ordenó que se reuniera "con los ministros de Exteriores de Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña". "SI no logro verlos personalmente, entonces naturalmente tendré contactos telefónicos con ellos, en cumplimiento de la orden de Borís Yeltsin".

Existen dificultades para que la reunión de los cuatro ministros pueda celebrarse hoy, ya que la secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, se encuentra de gira por Asia, pero sí es posible que se realice mañana, aunque para ello Primakov deberá aplazar por lo menos en un día el comienzo de su gira por varios países de América Latina.

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El ministro de Exteriores ruso, que llegará esta tarde a Ginebra, tenía previsto comenzar hoy un viaje durante el que visitará Argentina, Colombia y Costa Rica. Si no puede postergar el comienzo de este viaje, entonces se verá obligado a contentarse con conversaciones teléfonicas con sus colegas de los países que son miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU.

Contra el uso de la fuerza

Rusia está categóricamente en contra del uso de la fuerza para resolver la crisis desatada en torno a Irak. Más aún, Moscú se opone a cualquier endurecimiento de las sanciones contra Bagdad, ya que con ello, opina Moscú, sólo se lograría empeorar la situación de la ya castigada población iraquí. El Kremlin cree que no se saca nada con seguir dando palos a Irak y que lo hay que hacer es utilizar ahora la zanahoria.Como señaló el portavoz ruso de Exteriores, Gueorgui Tarásov, Moscú considera que Irak no debería haber "limitado las actividades de la Comisión Especial" de inspectores de la ONU. "Seguimos pensando que debería anular esas limitaciones, pero al mismo tiempo estimamos que Irak debe ver la luz al fin del túnel", declaró Tarásov. Es decir, que Bagdad debe recibir algo a cambio de cumplir las resoluciones de Naciones Unidas. Se trata, en opinión de Moscú, de terminar con el aislamiento de Irak. En otras palabras, que en lugar de imponer más sanciones a Bagdad, como desea Estados Unidos, hay que levantar parte del embargo.

Tanto Rusia como Francia están muy interesados en terminar con la sanciones impuestas a Irak. Además de la posibilidad de hacer negocios con el petróleo, los rusos tienen la esperanza de que si Irak se integra a la comunidad internacional le podrá pagar la millonaria deuda que data de la época soviética.

Rebaja de las sanciones

Moscú ahora lamenta el haber apoyado las sanciones contra Irak sin haber introducido una cláusula que estipulara el cese automático de estas sanciones en cuanto Bagdad cumpliera con las exigencias de Naciones Unidas. Como dice VIadímir Lukín, presidente del comité de Exteriores de la Duma Estatal y ex embajador ruso en Estados Unidos, "en este caso las cartas estarían en manos de países más neutrales y equilibrados, como China, Francia y Rusia".

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