Clinton envía mas aviones de combate al Golfo

Bill Clinton volvió ayer a esgrimir el garrote y ordenó el envío de más aviones de guerra norteamericanos al Golfo, entre ellos un número indeterminado de los invisibles F-117. Clinton, que la pasada semana ya ordenó que el portaaviones George Washington se encaminara hacia la región para reforzar al Nimitz, quiso recordar así que, si fracasan las actuales gestiones diplomáticas, EE UU está dispuesto a actuar militarmente. Con la llegada de los aparatos del George Washington y de los despachados ayer, Washington contará a finales de semana con unos 300 aviones de combate en el Golfo.Por segundo día consecutivo, la crisis del Golfo conoció cierta tranquilidad. A ello contribuyó el que, pese a sus amenazas, los iraquíes no intentaran atacar el U-2 que ayer sobrevoló su territorio. Fue el primer vuelo de uno de esos aviones espías, incluidos en los trabajos de la ONU, desde la expulsión de Irak de los inspectores internacionales.

Clinton, tras su gira en busca de fondos electorales por los Estados del Pacífico, llegó "furioso" a Washington en la noche del lunes, según fuentes de la Casa Blanca. No le había gustado que un colaborador de Madeleine Albright hubiera empleado el lunes la palabra "zanahoria" para referirse a la posibilidad de que EE UU acepte una mejora del acuerdo "petróleo a cambio de ayuda" que la ONU tiene con Irak. La palabra "zanahoria", cree Clinton, merma el mensaje de firmeza que desea enviar.

Sandy Berger, consejero de Seguridad Nacional de Clinton, confirmó ayer que la información es exacta y que, si Sadam cede y permite el regreso de los inspectores norteamericanos, EE UU "sería favorable a que Irak exporte más petróleo, bajo supervisión de la ONU, a cambio de alimentos y medicinas que alivien los sufrimientos de su pueblo".

"Irak tiene que dejar que los inspectores regresen a hacer su trabajo", dijo Bill Richardson, embajador de EE UU en la ONU. "No hemos descartado todavía ninguna posibilidad, incluida la militar".