Raseros
Es indignante ver el doble rasero que se usa para medir a los países en las relaciones internacionales. Así, resulta que a Irak hay que registrarle hasta el último bolsillo para ver qué clase de armas tiene, mientras que a Israel, Pakistán y la India nadie les molesta para averiguar si de verdad poseen armas atómicas, como se presume. Resulta que en Irak no se respetan los derechos humanos, mientras que en Marruecos, Turquía, Israel o el mismo EE UU no parece importar que se violen a diario. Resulta que Sadam Husein es un malvadísimo dictador, mientras que Hassan de Marruecos, Obiang de Guinea Ecuatorial, Kabila de Zaire, Suharto de Indonesia o las familias reales de las petromonarquias pérsicas parecen ser un ejemplo a imitar. Resulta que Irak es malo porque invade Kuwait, mientras que Israel parece tener todo el derecho para invadir Cisjordania y Gaza (y nadie hace nada de verdad para que se retire); Marruecos hace lo propio con el Sáhara occidental; Indonesia, lo mismo con Timor oriental, o EE UU con Panamá. Resulta que Irak no respeta las resoluciones de la ONU, mientras que son infinitas las que Israel ha ignorado de forma chulesca. Resulta que Irak no puede mover sus tropas dentro de su propio territorio hasta donde le plazca, mientras que los ejércitos de Turquía e Irán entran y salen de Irak como si tal cosa.Realmente, ¿tiene sentido mantener las sanciones económicas contra Irak (ique ya duran casi siete años!), que han causado la muerte al menos a medio millón de niños? ¿Es decente que EE UU use como pimpampum a un pobre pueblo para poder justificar su disparatado gasto anual en armamento? ¿Hasta cuándo se va a seguir usando este doble juego con los países dependiendo de las amistades que tenga cada uno? ¿Hasta cuándo la ONU va a ser un instrumento en manos de EE UU (sin que ni siquiera pague las cuotas que le corresponden)? Quizá las respuestas estén soplando en el viento, pero es increíble que en los medios de comunicación no se hagan preguntas como éstas y se limiten a dar coba a los vigilantes del viejo desorden mundial.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.