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Una senda en la oscuridad

Jan Martínez Ahrens

El aeropuerto de Barajas tiene un arma contra la niebla. Se llama ILS, iniciales de instrumental landing system (sistema de aterrizaje instrumentado). Este dispositivo de comunicaciones, cuya última versión fue implantada en Barajas el 1 de noviembre de 1991, constituye una guía para facilitar el aterrizaje de los aviones en los días en que la visibilidad es especialmente reducida. Para ello, el ILS alinea al avión con la pista de aterrizaje y suministra información sobre la trayectoria de descenso que ha de seguir y la distancia que le separa del punto óptimo de contacto.

El sistema instalado en el aeropuerto madrileño corresponde a la categoría 3-A. Ésta permite tomar tierra a los aviones en situaciones casi límite: con un alcance visual en pista de 200 metros y una altura de decisión (la distancia a partir de la que el piloto ve tierra desde la cabina) de tan sólo 15 metros. Aunque existen sistemas más avanzados -como el 3-C, que consigue que se aterrice con una visibilidad nula-, el ILS de Barajas es considerado suficiente por los expertos. "Aquí no tenemos más de 24 horas al año de niebla intensa, por lo que no merece la pena invertir en un sistema que, como mucho, se utilizaría una vez al año", señaló un técnico. Éste fue el caso de la niebla que se registró el domingo en la pista 36 del aeropuerto. Ese día, de 20.00 a 20.45, la visibilidad descendió de los 200 metros en pista, por lo que se ordenó el cierre temporal de esa vía.

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Juego a tres bandas

Pero, junto a este límite funcional, el ILS tiene otro flanco débil. Este sistema de aterrizaje se compone de localizadores, sendas de descenso y radio-balizas. Estos instrumentos emiten señales luminosas y de radio tanto a la torre de control como a las aeronaves. Funciona, por tanto, mediante un juego a tres bandas, en el que no basta que el aeropuerto disponga de ILS, sino que los pilotos han de estar adiestrados en su uso y los propios aviones han de, poseer un instrumental que permita la recepción de las señales. Y aquí surgen las complicaciones, Si bien -la mayoría de los aviones de Iberia la compañía de bandera española- están preparados para enfrentarse a este sistema (excepto los DC-9 y los Boeing 727, por su antigüedad), numerosas compañías extranjeras o pequeñas no han incorporado aún esta tecnología. El resultado es que, ante la niebla, han de suspender el aterrizaje o bien desviarse hacia otro aeropuerto con menos problemas atmosféricos.Otra fuente de atrasos procede de que algunos comandantes de vuelo, aun cumpliendo los requisitos del lLS, prefieren no utilizarlo. "Algunos prefieren no aterrizar con lLS porque carecen de experiencia, desconocen el aeropuerto o simplemente porque consideran más seguro no hacerlo", dijo un portavoz de Barajas.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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