La ballena varada en Cantabria no soportó la espera hasta la pleamar

La ballena que apareció ayer por la mañana varada en la playa de Oriñón (Cantabria) murió cuando faltaban dos horas para la pleamar y dos barcos tenían preparado el dispositivo para devolverla al agua, según el Centro de Coordinación de Salvamento y el Museo Marítimo.Dos biólogos del Museo Marítimo del Cantábrico, voluntarios de la Cruz Roja y efectivos de la Guardia Civil, la Policía Local de Castro Urdiales y Protección Civil cuidaron durante casi siete horas para que la ballena, un ejemplar adulto de 19,5 metros de longitud y 70 toneladas de peso, se mantuviera mojada hasta que llegara la pleamar, a las 16.50 horas.

Con ese propósito cuarenta personas la cubrieron con mantas húmedas, la baldearon con agua y la aplicaron colirio en los ojos hasta las 14.45, cuando murió, dos horas antes de que la marea permitiera que dos embarcaciones de Salvamento Marítimo y la Guardia Civil del Mar la reflotaran.

La ballena, un rorcual perteneciente a los cetáceos más voluminosos, es ahora remolcada por la embarcación "Salvamar El Puntal" hasta el Museo Marítimo del Cantábrico, en Santander, donde mañana le practicarán una autopsia para conocer por qué varó. Según el director del Museo, José Luis Casado, los biólogos presumen que el animal estaba enfermo, ya que no es normal que un ejemplar adulto de tales dimensiones se quede encallado.

Casado explicó que las ballenas poseen un esternón minúsculo en comparación con el enorme tamaño de su cuerpo por lo que, cuando varan, como ocurrió en Oriñón, su propio peso les impide respirar y se asfixian. Es frecuente que en esta época del año aparezcan cetáceos varados en las costas del norte de España, debido a que por el mar Cantábrico pasa un ramal de la corriente del Golfo que siguen estos animales en sus migraciones.