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La ONU aprueba nuevas sanciones contra Irak y cierra la puerta al levantamiento del embargo

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó ayer una resolución de condena a Irak que incluye la prohibición de los viajes al exterior de las autoridades iraquíes a raíz de las dificultades contra los equipos internacionales de inspección para la destrucción masiva de armas. La resolución también anula las revisiones periódicas de las sanciones anteriores contra Bagdad -especialmente el embargo económico-, que sólo podrán ser discutidas después de que finalicen los trabajos de inspección por parte de los expertos.

El contenido de esta resolución, propuesta por Estados Unidos y el Reino Unido, había sido suavizado el martes y ayer contó con el apoyo unánime de los 15 países miembros del Consejo de Seguridad.Irak había declarado que, si la resolución era aprobada, expulsaría a los inspectores norteamericanos de los equipos de inspección. Esa medida puede ser el detonante de una acción internacional más rotunda contra Sadam Husein, incluida una posible acción militar. El viceprimer ministro, Tarek Aziz, declaró que su país no se arredra con la condena y reafirmó anoche a la CNN que los expertos norteamericanos serán expulsados.

La Casa Blanca declaró que el apoyo unánime a la resolución, que incluye una alusión a posibles nuevas acciones no especificadas si Bagdad no depone su actitud, supone un "claro y firme mensaje" sobre "la unidad y determinación" de la comunidad internacional.

Pero ese apoyo, laboriosamente negociado por Bill Richardson, embajador de EE UU ante la ONU, no pudo esconder la relativa fragilidad actual de la coalición antiiraquí que el ex presidente norteamericano George Bush construyó hace siete años. Ante la oposición de Rusia, China y Francia, Richardson se vio obligado el martes a eliminar de la resolución la amenaza de "consecuencias serias" para Irak y cualquier alusión que pudiera ser interpretada como una luz verde a una acción militar.

Irak se enfrenta sin miedo a cualquier resolución del Consejo de Seguridad, declaró ayer su ministro de Asuntos Exteriores, Mohamed Said al Sahaf, poco antes de conocerse el resultado de la votación. "No hay esperanzas de que se levante el bloqueo", insistió al tratar de justificar la firme y desesperada posición de su país que, añadió, ha cumplido rigurosamente cada una de las resoluciones impuestas por la ONU como consecuencia de su derrota en la Guerra del Golfo. Said al Sahaf manifestó posteriormente tras la aprobación de la resolución que el régimen iraquí no dudará en expulsar a los inspectores norteamericanos y advirtió que los aviones aliados que sobrevuelen las zonas de exclusión aérea.

Las declaraciones del jefe de la diplomacia iraquí fueron una vez más coreadas por centenares de jóvenes, que se manifestaron en el centro de Bagdad contra la ONU y EE UU. La mayoría de los concentrados eran colegiales, sin edad todavía para alistarse en las milicias paramilitares de Sadam.

Política débil

Las dificultades de EE UU para mantener la firmeza de la coalición coinciden con la debilidad de su política en Oriente Próximo. El presidente Bill Clinton destaca como una de sus prioridades la paz entre palestinos e israelíes, pero la semana pasada la secretaria de Estado, Madeleine Albright, y el mediador para la región, Dennis Ross, no lograron reactivar el moribundo proceso de paz. Este fracaso ha restado credibilidad a los norteamericanos ante países árabes de la influencia de Egipto. Según señalaban ayer muchos expertos en Washington, esa merma de credibilidad se refleja ahora en el enfrentamiento con Irak: Egipto y otros aliados árabes de EE UU están menos dispuestos a apoyar las iniciativas que Washington propone en la ONU contra Sadam Husein.La actual crisis entre la ONU e Irak estalló el pasado 29 de octubre cuando Bagdad decidió excluir a los norteamericanos de las misiones de inspección.

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