El Deportivo traspasa su crisis

La crisis del Deportivo comienza a ser de grueso calado. En La Romareda acorraló al Zaragoza durante una hora, mostró una entidad como conjunto envidiable y dispuso de una cantidad de ocasiones de gol que difícilmente volverá a encontrarse. Sin embargo, tuvo que esperar una genialidad de Fran, en el descuento, para hacerse con el triunfo. La clave estuvo en la falta de gol de los coruñeses, que controlaron atrás, se adueñaron del medio campo y pisaron con claridad el área; pero ni Djalminha, ni especialmente Luizao mostraron la capacidad de resolución exigible a un equipo construido para pelear por la cabeza.El Zaragoza, como ya es habitual, no exhibió su juego hasta que no se vio contra las cuerdas. Es un equipo miedoso, escasamente convencido de sus posibilidades, que para soltarse necesita ver el marcador en contra. Anoche le bastó la media hora final para reconciliarse con su público y sólo la genialidad de Fran evitó que sacara provecho de su dominio.

La calidad técnica es consustancial a determinados jugadores, como ayer demostraron Fran, Manjarín y Djalminha. Situados por delante del medio campo, se bastaron para atosigar a la zaga zaragocista y construir todo el juego del Deportivo. Durante una hora, el cuadro coruñés pareció reverdecer laureles. Movió el balón con la parsimonia que le caracterizó en el pasado y puso a Juanmi en constantes aprietos. El gol de Djalminha, de una ejecución majestuosa, pareció la puntilla definitiva. Pero la segunda parte varió de forma radical. Costa dio entrada a Cuartero y Gustavo López, lo que proporcionó velocidad a la defensa y el ataque, y el Zaragoza comenzó a inquietar a Songo'o. La calidad de Fran permitió, sin embargo, que el Deportivo resucitara, a costa de un Zaragoza que sigue dando vida a los enfermos. Valencia y Depor, en cuatro días, han sido testigos de la benevolencia aragonesa.