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Bagdad ha aumentado sus arsenales químicos

Además de las inspecciones sobre el terreno, la ONU tiene en Irak una red fija de cámaras en los puntos sensibles del territorio, que la comisión de desarme es la encargada de controlar, y de una doble panoplia móvil de observación, por satélite y aérea; a partir de medios norteamericanos.La red fija de vigilancia por cámaras teledirigidas ha permitido detectar traslados clandestinos de materiales de un lugar a otro, lo que está expresamente prohibido. Se trata, en concreto, de giroscopios, utilizados para mejorar la guía y navegación precisa de misiles.

Por su parte, el sistema móvil de vigilancia ha detectado importantes excavaciones que han demostrado nuevas construcciones subterráneas o traslados de arsenales. Aparte de la vigilancia vía satélite, la ONU ha pedido la intervención de aviones espía norteamericanos U-2, que aparentemente sobrevuelan Bosnia e Irak.

Hay evidencias de que Irak no ha renunciado a edificar por su cuenta un arsenal de destrucción masiva hasta el punto de que, en los servicios de espionaje occidentales, no se da crédito alguno al supuesto desarme balístico, químico y biológico de Bagdad.

Tres informes de los expertos destacados en Irak señalan que Irak trata por todos los medios de construir misiles tierra-tierra de un alcance superior a los 150 kilómetros. A través de proveedores en Europa y Asia, los ingenieros iraquíes trabajan en adquirir los conocimientos necesarios en materia de propulsión y sistemas de guía de misiles.

La proliferación química es el paso siguiente. En 1991, tras la derrota en la guerra del Golfo, Irak declaró a las Naciones Unidas que únicamente poseía 11.000 armas químicas. Las posteriores misiones de inspección internacionales quedaron convencidas poco después de que los depósitos que Irak prometió destruir superaban las 150.000 armas químicas, que consisten en antiguos e ineficaces misiles tierra-tierra Scud, de fabricación soviética, cohetes, obuses de artillería o bombas.

Los servicios de vigilancia occidentales han descubierto recientemente que Bagdad está en condiciones de producir un gas líquido con efectos neurotóxicos persistentes, el VX, muy volátil y' mucho más peligroso que el gas sarín. Un viejo avión Mig ha sido transformado en avión sin piloto para probar el modo de dispersión de este poderoso tóxico químico. Bagdad no niega poseer este tipo de material, pero sólo a título experimental y en pocas cantidades .

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Los insvestigadores tropiezan con la dificultad de buscar unos agentes químicos que también pueden servir para fines pacíficos.

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