La Comunidad entra de lleno en las tareas de coordinación de la seguridad municipal
El Gobierno regional ha decidido desarrollar al máximo sus competencias en seguridad local. Para ello impulsará el que todos los municipios de la región constituyan sus juntas locales de seguridad (hasta ahora sólo las han institutido 46) y que se celebren mensualmente (hasta ahora lo hacían una vez al año). En estas reuniones -a las que asisten el alcalde y los representantes de las fuerzas de seguridad- se estudian los focos delictivos y los problemas de coordinación policial de cada municipio. La Comunidad, que posee las competencias en formación y coordinación de las policías locales, pretende participar en todas estas juntas e intervenir de lleno en las decisiones que allí se adopten. También quiere imponer un control de calidad que permita medir la eficacia de cada una de las policías locales.
Las competencias de formación y coordinación de las policías locales recaen en la Consejería de Presidencia, que dirige Jesús Pedroche. Las de formación han sido desarrolladas con éxito, según los responsables autonómicos, a través de la Academia Regional de Estudios para la Seguridad (ARES), donde se imparten los cursos que han de seguir todos los aspirantes a policía local.Las competencias de coordinación, sin embargo, habían quedado rezagadas, por lo que Presidencia decidió hace un año reunir a un comité de expertos -entre los que se incluyen jefes de policías locales, representantes de la Dirección General de Protección Ciudadana, del Ministerio del Interior y profesores de la Universidad Carlos Ill- y encargarles un Libro Blanco de las policías locales. Este informe, cuyo borrador definitivo será discutido en comisión parlamentaria el próximo viernes y aprobado en enero, ofrece una radiografía de la situación de los agentes municipales en la región y propone una batería de soluciones.
Entre las recomendaciones que han sido aceptadas por el consejero de Presidencia figura el que la Comunidad adopte un papel más activo en la política de seguridad de cada municipio. Para ello aconseja reactivar las juntas locales de seguridad (promoviendo su creación en los municipios que no las tienen y despertando de su letargo a las instituidas) y que los responsables autonómicos participen en ellas de forma que puedan ejercer plenamente sus competencias de coordinación.
Aumentar las detenciones
"Nuestra intención es solucionar problemas. Por ejemplo, los policías locales no pueden salir de su término, y esto impide muchos seguimientos y detenciones. Para evitarlo tenemos que dotar a todos los policías locales de una red de radio que les permita comunicarse entre sí y desarrollar su labor de forma coordinada", indicó el director general de Protección Ciudadana, Luis Mallo. "Otro caso es el de los municipios que en los meses estivales aumentan su población por efecto de los visitantes. El resultado es que las plantillas de policía se quedan pequeñas y los alcaldes piden ayuda. Pues bien, nuestro papel será coordinar el envío de efectivos", añadió Mallo.Como refuerzo a esta bajada a la arena policial, los responsables de Presidencia han decidido establecer un control de calidad de los servicios que presten las policías locales. El primer paso para alcanzar este objetivo consistirá en establecer unos parámetros estables -"pocos, pero sólidos", dice Mallo- que permitan comparar la eficacia del trabajo policial entre un municipio y otro y medir la satisfacción del usuario. Algunos de los indicadores que se emplearán serán la velocidad de respuesta, el número de denuncias tramitadas y su tiempo de resolución, la cifra de actuaciones, la proporción entre agentes y habitantes en el municipio e incluso encuestas entre la población. "La policía ha de adecuarse a los tiempos que corren. Aquí no ha de haber oscurantismo, sino eficacia, y que todos podamos ser comparados para saber quién actúa mejor y por qué. Lo que se busca es la calidad", afirmó el presidente de la Asociación de Jefes de la Policía Local de España, Ginés Jiménez Buendía.
Su criterio es compartido por Luis Mallo: "El vecino es el cliente de la policía y, por tanto, hay que conocer cuál es su grado de satisfacción ante este servicio. Por ejemplo, Móstoles se podrá comparar a Fuenlabrada, de forma que los vecinos y sus responsables políticos sepan si hacen falta más agentes o no, o si los que hay cumplen los requisitos mínimos", dijo Mallo". Este interés por conocer cuál es la verdadera eficacia de los policías locales llevará también a cuantificar económicamente sus acciones. "No descartamos medir el coste de cada servicio, de cada denuncia, de cada tramitación administrativa, de cada multa", añadió Luis Mallo.
El mapa de las diferencias
Los 7.248 policías locales (sólo un 10% mujeres) que se reparten por la región de Madrid forman un mapa donde aún priman las diferencias. Poco tiene que ver la organización de los 5.216 agentes de la capital con la del único policía de Villamanta. En nada se parece el complemento específico que percibe el agente de Torrejón de Ardoz (54.413 pesetas) con el de Alcorcón (176.773), ni mucho menos el coste de la hora extra de uno de Cobeña (900 pesetas) con el de Arganda (9.450). Estas divergencias que nacen en lo concreto se multiplican hasta formar verdaderas simas como la que separa el número de efectivos de las tradicionalmente ricas coronas norte y oeste (con 1,2 policías cada 1.000 habitantes) frente a los menos favorecidos flancos este y sur (en torno a 0,8 efectivos por 1.000 habitantes).Toda una contabilidad de la diferencia que aún ahondan más los 85 municipios de la región que carecen de Policía Local. De hecho, un 15% de términos con poblaciones entre 2.000 y 5.000 habitantes carece de agentes municipales, y sólo el 17% de las localidades con menos de 2.000 habitantes dispone de este cuerpo.
Éstos son algunos de los datos recogidos por el. Libro Blanco y cuya diversidad destapa la falta de simetría que adolece la Policía Local. "Por ejemplo, no es lo mismo un agente de un pueblo pequeño, que ha de cumplir todo tipo de tareas y cuyo horario de hombre orquesta casi roza las 24 horas, que un agente de tráfico de Madrid. Cada uno requiere de una preparación distinta", indica el director general de Protección Ciudadana, Luis Mallo.
En este sentido, Mallo recuerda la resistencia de algunos alcaldes de municipios pequeños a permitir que sus policías mejoren su formación en la Academia Regional de Estudios para la Seguridad.
"No quieren dejarles ir a la academia por un problema económico y porque les supone perder un trabajador. El resultado es que ese agente, que ejerce múltiples funciones, va perdiendo preparación, y eso,, a la larga, repercute en la calidad del servicio que presta", añade.
Pero los problemas también aguardan en casa. Los expertos del Libro Blanco han advertido que, pese a que la edad media de los agentes ronda actualmente la treintena, la congelación de plantillas puede provocar una pérdida de eficacia. "Para esto hay una solución, y es que los ayuntamientos escalonen sus oposiciones de forma que eviten el excesivo envejecimiento de los agentes". dice Mallo
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