La línea Sadam

No hay sorpresas con Sadam Husein. El presidente iraquí casi siempre confirma lo que -con razón- dicen quienes estiman que rara vez actúa conforme a los intereses de su pueblo. Así acaba de hacerlo nuevamente al desafiar a la ONU y a Estados Unidos, precisamente cuando algunos miembros del Consejo de Seguridad trataban de suavizar las sanciones que pesan sobre Irak. La línea Sadam se mantiene; el hombre que preside, si se puede decir, los destinos de un país rico con una historia de varios milenios (...) es causa de la desgracia de su pueblo, con una constancia tan sorprendente como trágica. El objetivo de la ONU era impedir la reconstrucción de la imponente máquina de guerra iraquí y, en particular, su arsenal de armas de destrucción masiva. (...) Pero el embargo no ha debilitado al régimen -cuya nomenklatura vive con un lujo desbordante-, aunque haya infligido un verdadero martirio a la población, que ha visto la mortalidad infantil dispararse bajo el peso de las sanciones. (...)El Consejo de Seguridad está cada vez más dividido; (...) sin embargo, Sadam acaba de poner nuevamente de acuerdo a todos con su amenaza de rechazar a los miembros de EE UU en la comisión inspectora. Se trata de algo inaceptable para todo el Consejo de Seguridad. Sadam arrastra de nuevo a su país a una prueba de fuerza cuyas consecuencias pagará la población iraquí. Como siempre.

3 de noviembre