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La policía argelina hace desaparecer a 12.000 personas y tortura por sistema

Miles de hombres y mujeres -la cifra podría elevarse a unos 12.000, dicen algunas fuentes- han desaparecido a manos de agentes de policía del régimen militar de Argelia, según pruebas obtenidas por el diario británico The Independent. Por primera vez, miembros de las fuerzas de seguridad de Argelia, que ahora piden asilo al Reino Unido, han dado completos testimonios de prácticas masivas de tortura por parte de agentes gubernamentales, de asesinatos en comisarías argelinas y de entierros secretos.

Las nuevas pruebas de que las víctimas de las matanzas en Argel eran también islamistas, y de que las fuerzas de seguridad eran, como mucho, incapaces de ayudarles, han arrojado dudas sobre el papel gubernamental en la guerra sucia argelina.Un agente que estaba al frente del arsenal de la policía de Argel ha descrito cómo sus colegas mataron a prisioneros a sangre fría, cómo los policías asfixiaron a los presos con trapos bañados en ácido tras arrancarles las uñas y violarles con botellas. Una policía de 30 años, de Argel, ha contado que vio a prisioneros -12 al día- atados semidesnudos a unas escaleras en la comisaría de Cavignac, en Argel, gritando y pidiendo clemencia, mientras les inyectaban agua salada en el estómago hasta que consintieron, con los ojos vendados, en firmar confesiones.

La misma policía reconoció que había firmado falsos certificados de defunción para camuflar prisioneros muertos como cadáveres descubiertos en los bosques al sur de Argel. Otro testigo, un recluta del Ejército de 23 años, contó cómo vio a oficiales torturar a supuestos islamistas perforando sus piernas -y en un caso, el estómago- con taladradoras eléctricas, en un calabozo llamado la habitación de la muerte.

Certeza inequívoca

El inspector Abdelssalam, quien ejercía sus funciones en la comaría de Dar al Baida cerca del aeropuerto internacional de Argel, describió cómo las personas que eran vistas como islamistas eran interrogadas por torturadores.Las repetidas acusaciones de que los aldeanos muertos por la represión eran en realidad cómplices del GIA ya habían levantado la sospecha de que el régimen argelino -que busca el apoyo de Europa en su lucha contra sus oponentes armados- pudiera haber tenido algo que ver en las muertes. Pero las pruebas de primera mano aportadas por personal perteneciente a las fuerzas de seguridad argelinas sobre torturas y ejecuciones secretas aportan la inequívoca certeza de que el Gobierno de Argel ha ido mucho más allá de las reglas para combatir a los enemigos en una guerra.

Entre los nombres de desaparecidos que fueron facilitados a The Indepedent por un abogado argelino, figuran hombres y mujeres que no tenían relación de ningún tipo con la política e incluso un anciano parapléjico que vivía postrado en una Silla de ruedas.

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