Phillip Tobias sostiene que los homínidos atravesaron el estrecho de Gibraltar
El paleontólogo, 'honoris causa' por la Universidad de Barcelona
Phillip Tobias (Durban, 1925) es uno de los más prestigiosos especialistas mundiales en el estudio de la evolución humana. Su nombre figura con pleno derecho en ese campo entre los de personajes casi legendarios como Raymond Dart, que fue su maestro, o Louise- y Mary Leakey, que fueron sus colegas. Tobias, un hombre apasionado -lloró al sostener entre sus manos el primer cráneo de australopiteco descubierto en Olduvai-, recibe hoy el doctorado honoris causa por la Universidad de Barcelona. Siempre en la brecha, el paleontólogo afirmó el martes que hay que revisar las ideas sobre la movilidad geográfica de los homínidos. Sostiene que el Homo erectus atravesó el estrecho de Gibraltar hace entre 2 y 1,5 millones de años.
A este asunto, las puertas de Eurasia en el pleistoceno, estará dedicado un coloquio en el congreso internacional de paleontología que auspicia Toblas y que se celebrará el año próximo en Suráfrica.Phillip Tobias, autor de cerca de un millar de publicaciones, entre ellas 40 libros, observa un verdadero "renacimiento español en los estudios de evolución humana", una "explosión" investigadora que despierta, dice, la admiración internacional. El paleontólogo ha visitado cinco veces España y afirma que siente un gran aprecio por nuestra tierra, la actual y la prehistórica.
"España me estimula mucho, me recuerda a Suráfrica, las dos tienen zonas muy calientes y secas", comenta. "España es un país muy cercano a África y eso hace que haya un camino prehistórico para las primeras migraciones humanas, por Gibraltar", afirma entrando ya en materia. "La humanidad empezó en África y ahí se desarrolló su carrera entre hace 5 y 2 o 1,5 millones de años. Entonces, empezó a moverse y salió de la cuna. La cuestión es ¿por dónde? Tradicionalmente se sostiene que fue a través de Oriente Medio, por Levante. Pero existen otras alternativas, no excluyentes, a ese largo camino: un cruce hacia Italia desde Libia, a través de la cadena Malta-Lampedusa-Calabria, y otro atajo hacia la Península Ibérica por el estrecho de Gibraltar".
Tobias señala que el nivel del Mediterráneo era entonces mucho más bajo que en la actualidad y que había tierra emergida entre las islas, y en el Estrecho. "El estrecho de Gibraltar es eso, estrecho, y lo era mucho más entonces", subraya agitando unas manos pequeñas y arrugadas que han acariciado los restos más viejos de la humanidad. "Estoy convencido de que esa ruta corta era factible, y el registro fósil del norte de África, que no es pobre, nos muestra homínidos en posición para dar ese salto".
El paleontólogo comparó ese salto -más bien muchos saltos y hasta quizá algo de crol, como explicó a continuación- con los procesos de primer poblamiento del archipiélago japonés, Indonesia o Beringia. Indicó que la isla de Flores, por ejemplo, está separada por un brazo de océano muy profundo, la línea Wallace, pero se han hallado allí herramientas de la Edad de Piedra.
"Los homínidos podían cruzar brazos de agua que nos parecen impracticables para ellos", concluye Tobias; "debemos revisar nuestras ideas acerca de la movilidad del hombre hace un millón de años. El Homo erectus pudo llegar a Java cruzando mar. Y a la Península Ibérica. ¿Cómo lo hicieron? No voy a sugerir que construyeran barcos hace un millón de años", apunta con una sonrisa para conjurar la imagen de pateras del pleistoceno, "pero es posible ayudarse a flotar con troncos de árboles, como salvavidas natural; sería una manera lógica. Por otro lado, no sé hasta qué punto podrían nadar los homínidos en aquel momento, un tema muy interesante".
Tobias vincula su teoría del cruce de Homo erectus por el estrecho de Gibraltar con los polémicos restos de Orce, cuya humanidad sigue defendiendo, sin reservas, pese a todos los pesares. "No hay nada que pueda contradecir la impresión que tengo de que lo hallado allí -fósiles y artefactos- es una evidencia indiscutible de presencia de homínidos hace más de un millón de años, puede que entre 1,5 y 1,6 millones", dice. "Es imperativo que el equipo de Josep Gibert disponga de medios para continuar excavando y pueda hallar nuevas evidencias".
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