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Reportaje:

El laberinto de las humanidades

Los factores políticos e ideológicos ponen a prueba la viabilidad del proyecto de Esperanza Aguirre

La educación ha salido a empellones del aula, empujada por una de las polémicas más turbulentas y viscerales de los últimos meses. La espoleta ha sido el programa de Geografía e Historia y el de Lengua y Literatura para los estudiantes españoles de 12 a 16 años. El Plan de Mejora de la Enseñanza de las Humanidades, presentado el miércoles por la ministra de Educación, Esperanza Aguirre, ha desencadenado un debate social en cuyo remolino se han mezclado agravios autonómicos, críticas educativas, reivindicaciones corporativas, admoniciones académicas, partidismos, sectarismos ideológicos y, en algunos casos, el simple desconocimiento. Cualquier reforma educativa es un parto con fórceps, y ésta, que ha saltado disparada del ámbito educativo al político, no será una excepción.Aguirre y el Gobierno tienen ante sí un desafío: sacar adelante su proyecto sin cambios que suenen a claudicaciones. Su plan tiene tres fases sucesivas: Enseñanza Secundaria Obligatoria (12-16 años), Bachillerato (16-18) y Primaria (6-12). La primera ya se ha concretado en un documento oficial: el proyecto de real decreto que establece las enseñanzas comunes de Geografía e Historia y de Lengua y Literatura en todo el país. Al decreto le quedan unos meses de tramitación: consulta con las comunidades, dictamen del Consejo Escolar del Estado, dictamen del. Consejo de Estado y aprobación por el Consejo de Ministros. En él se definen las líneas básicas de la programación en las citadas áreas para los cuatro cursos de ESO: objetivos generales, contenidos y criterios de evaluación.

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Para entender cómo un objetivo apreciado unánimemente como la mejora de la enseñanza de las humanidades, y otro mayoritariamente respaldado, como el establecimiento de conocimientos básicos para toda España, han podido levantar semejante polvareda al plasmarse en 34 folios hay que tener en cuenta estos aspectos:

¿En qué consiste el plan? Es un proyecto de real decreto que enumera de forma exhaustiva los contenidos que deben estudiar los alumnos. Su presentación es similar al índice de un libro.

En Historia se pasa de 25 a 174 contenidos- mínimos. Por ejemplo: II.3 La Edad Media Española: 1. El Islam hispánico: Al Andalus. 2. Reconquista y repoblación cristiana. 3. Las Españas medievales. Los cinco reinos. 4. La proyección catalano-aragonesa en el Mediterráneo. 5. España, eslabón entre la Cristiandad, el Islam y el Judaísmo. En el actual decreto, estos contenidos se reflejan del siguiente modo: 3. Las sociedades medievales: Al Andalus y los reinos cristianos en España. La confluencia de las tres tradiciones en la España medieval: cristianismo, islamismo y judaísmo.

¿Aumentan las horas? No. Las asignaturas se quedan como estaban. En el conjunto de los cuatro cursos de ESO, 13 de cada 100 horas se dedican a Lengua y Literatura, 10 a Geografía e Historia, 10 al idioma extranjero, 9 a Optativas (mayoritariamente, segundo idioma), 8 a Educación Plástica y Visual, 8 a Música, 5 a Religión (o actividades de estudio), 2, a Ética, 3 a Tutoría, 10 a Matemáticas, 11 a, Ciencias de la Naturaleza (Física, Química, Biología y Geología), 8 a Tecnología y 7 a Educación Física. La relación varía en varias comunidades para dar cabida a la lengua propia.

¿Se impartirá lo mismo en toda España? Ése es uno de los objetivos proclamados por Aguirre, que cita como argumento. de autoridad una declaración de Felipe González a la revista Marie Claire de noviembre: "Lamento esta situación en la que los niños de las escuelas van a terminar sabiendo mucho de Andalucía, Galicia o Cataluña y nada de España. Están desapareciendo de los textos escolares los conceptos de lo que es nuestro país, eso a lo que he dedicado treinta años de los cincuenta y cinco que tengo". Si este fin es apoyado por gran parte de la población, la eficacia de los medios ha sido cuestionada. La ministra estima innecesario cambiar los libros y cree que la inmensa mayoría de los profesores imparte sus clases correctamente, luego parece lógico concluir que no se unificarán contenidos o ya estaban unificados.

¿Requieren los contenidos más tiempo? La ministra dice que no. Los gobiernos autonómicos aseguran que sí, y que ello vulneraría la distribución fijada por la Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE): el Estado determina el 55% de los contenidos mínimos y las comunidades con lengua propia, el 45%. En las demás, la proporción es 65%-35%. Pere Molas, experto de la comisión de Historia, ha reconocido que los nuevos contenidos fueron escogidos pensando en que habría más horas: "Tal vez fuimos ingenuos en este punto".

¿Se suprimen optativas? No. La ministra ha criticado la proliferación de optativas lúdicas, pero ha renunciado a modificar la oferta, ya que, a la hora de la verdad, el margen de los centros para incluir las llamadas asignaturas marías se reduce a una por alumno en toda la ESO.

¿Cambian los libros de texto? Aguirre asegura que no, porque ya incluyen los contenidos que ella ha desarrollado en su proyecto.

¿Deben cambiar los profesores sus clases? Aguirre dice que no, que sólo se propone impedir que enseñar o no a Shakespeare dependa de la voluntad del profesor. La ministra parece desconfiar del buen sentido de los profesores y de la libertad de cátedra, a diferencia de otras ocasiones. Cuando estalló el caso del profesor Guillermo Quintana, expedientado por incluir comentarios racistas, xenófobos y machistas en un libro de texto, Aguirre mostró su malestar, pero exaltó la libertad de cátedra.

¿Quién ha elaborado el proyecto? El trabajo previo corrió a cargo de cuatro comisiones en la que participaron 32 expertos: Lengua y Literatura (presidida por Víctor García de la Concha), Geografía e Historia (Celso Alinuiña), Filosofia (Helio Carpintero) y Estudios Clásicos (Antonio Alvar). Sus conclusiones no se dieron a conocer.

¿Hay agravios autonómicos? El documento de Historia ha sido acogido como una interferencia por las comunidades que no son del PP y como una gravísima agresión por los nacionalistas catalanes y vascos, que han saltado como un resorte. Las razones son varias: no han sido consultados, creen que un crecimiento desmesurado de la lista de contenidos recorta sus competencias, y atribuyen al documento un carácter sectario y pedagógicamente retrógado, y un sesgo antinacionalista.

¿Es necesario negociar? En 1990, tras la aprobación de la LOGSE, el Gobierno y las comunidades comenzaron dos años de negociación a cara de perro para

fijar los contenidos. Los participantes en las conversaciones las recuerdan como una pelea objetivo a objetivo, contenido a contenido, línea a línea, especialmente con Cataluña.

Ahora, la negociación ha sido nula por decisión personal de la ministra Aguirre entregó el proyecto al consejero catalán, Xavier Hernández, en un almuerzo celebrado en el ministerio el pasado día 7. Según la Generalitat, las decisiones sobre el asunto debían tomarse en abril o mayo, pero no en dos semanas. Tan apresurado fue el alumbramiento del proyecto, que el secretario general técnico del MEC, Juan Antonio Puigserver, que debía elaborar el informe jurídico, tuvo en sus manos el texto definitivo unas horas antes de que Aguirre lo presentara.

¿Se recorta la autonomía? Aguirre asegura que no. Los Gobiernos autonómicos consideran imposible absorber un listado hipertrofiado de contenidos, mantener el horario de clases y, al mismo tiempo, introducir contenidos autonómicos. El modelo actual es muy descentralizado: el Gobierno fija contenidos genéricos, las comunidades los desarrollan, completan su parte de currículo, y dejan margen para la adaptación curricular del centro y la aplicación práctica del profesor. Es un sistema basado en la autonomía y en la presunción de responsabilidad de los agentes educativos.

¿Es una pedagogía retrógrada? El plan ha recibido duras críticas, especialmente en el tratamiento de la Historia, por basarse en el aprendizaje memorístico y enciclopédico (nombres, fechas, datos) y no en el significativo (asociaciones, interpretaciones y críticas). El programa de Historia contiene como objetivo general valorar el "papel relevante que desempeñaron las grandes personalidades históricas". El modelo vigente en el territorio MEC propugna "identificar y analizar las interrelaciones que se producen entre los hechos políticos, económicos y culturales que condicionan las trayectorias históricas de las sociedades humanas, así como el papel que los individuos, hombres y mujeres, desempeñan en ellas ...."

¿Es un plan antinacionalista? La reacción de los nacionalistas, con Jordi Pujol a la cabeza, ha sido dura como muy pocas veces. La bomba ha sido el objetivo general número 5 de Historia: "Comprender y valorar el carácter unitario de las trayectoria histórica de España con sus diversidades lingüístico-culturales". Según Pujol, que mañana explicará su posición ante el Parlamento catalán, se quiere "imponer una determinada visión, única y sesgada, de la historia de España". El decreto actual dice en su punto 3: "Valorar la diversidad lingüística y cultural como derecho de los pueblos e individuos a su identidad, manifestando actitudes de tolerancia y respeto por otras culturas...".

La rebelión nacionalista ha llegado al punto de que el consejero catalán de Enseñanza, Xavier Hernández, ha advertido que el Gobierno "lo pagará muy caro" y el líder de Unió Democrática, Josep Antoni Duran Lleida, después de pedir que sea retirado, ha rematado: "Que hagan lo que quieran; porque nosotros respetaremos, pero no acataremos la decisión del Gobierno". Todo un desafío al que Esperanza Aguirre está firmemente decidida a hacer frente en los próximos meses.

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